“Me sentía como una aguja en un pajar gigante”. Así definió Verónica Blanco, parte de la odisea que vivió en Pichidangui, en la cual tuvo que sobrevivir más de ocho horas en el mar, aferrada sólo a su tabla, tras ser arrastrada por la corriente.

Si bien el extremo caso de la joven surfista ocurrió hace un año, sólo ahora se decidió a contar su historia en la sección de T13 Central, ‘Armada al Rescate’, en un reportaje del periodista Emilio Sutherland.

Se me acalambraron las piernas y con eso no fui capaz de subirme a la tabla para regresar, lo estuve intentando mucho rato y luego miré y ya estaba muy lejos. Me bloqueé, era tanta desesperación que hasta traté de dormir, como queriendo desaparecer”, contó Blanco sobre la traumática experiencia.

Ya cuando llegó la noche y comenzó a perder visibilidad, hubo otro sentido que la hizo temer por su vida: la audición. “Empecé a escuchar cómo rompían las olas en unas rocas y me hizo un click en que dije que si seguía así me iba a hacer pedazos. Las olas eran enormes y cuando son así es más difícil que te vean”, sostuvo.

Y claro, la deportista enfrentaba olas de hasta cinco metros, en momentos en que la hipotermia ya comenzaba a hacer mella en su cuerpo. “Recuerdo haber soplado mis manos para calentarlas y de haber tenido la sensación de que el aire que salía de adentro era más frío. En mi mente asumí que ya no me habían encontrado“, relató aún emocionada por lo vivido.

Rescate

Para su fortuna, unos helicópteros de rescate, dotados de cámaras con visión nocturna y con la más alta tecnología, lograron dar con su ubicación.

Verónica Blanco
Captura | Canal 13

“Llevaba muchas horas sola, me habia resignado a que no me encontraran. Recién cuando tuve el contacto físico con el rescatista, pensé: me salvé“, afirmó. Para cuando llegó al centro asistencial vio una desoladora imagen de su familia.

Cuando llegué a urgencias, vi a mi papá llorando. Estaba un poco en shock, no entendia qué pasaba”, cerró su estremecedor relato Verónica, quien calificó su experiencia como “un milagro”.