Tiene 52 años, pero aún continúa disfrutando del skateboard como en sus mejores tiempos. Se trata de Tony Hawk, el legendario exponente de esta disciplina, quien en las últimas horas volvió a hacer noticia, pero no por un nuevo truco precisamente.

El famoso skater sufrió una dura caída, mientras patinaba junto a su hijo mayor, en una piscina vacía. ¿Conecuencias? Escalofriantes, de acuerdo a lo que él mismo exhibió en sus redes sociales.

“La piscina era más pequeña de lo que esperaba, así que no me puse almohadillas. La sesión fue divertida hasta que de repente me encontré en el fondo de la piscina con los dedos doblados en nuevas direcciones”, confesó el deportista.

En efecto, Hawk debió ser llevado de urgencia a un hospital, en donde se le informó que sus dedos habían tomado un tono “oscuro”, es decir, pérdida de circulación extrema. La radiografía respectiva sólo confirmó el diagnóstico: tenía dos dedos de su mano derecha quebrados.

Incluso el estadounidense indicó que tuvieron que cortar su anillo para que pudieran reacomodar los dedos en su lugar, algo que demoró cerca de 30 minutos. De a poco fueron retomando su color natural.

Escribo esto porque estoy lleno de emociones divergentes: tristeza por asustar a mi hijo y amigos, arrepentimiento de ser arrogante, descuidado; agradecido de tener una lesión que podría haber sido peor, y frustrado de que nunca recibí un golpe contundente”, escribió en Instagram, tras el accidente.

Finalmente, Tony Hawk manifestó que “mis dedos todavía están adoloridos, rígidos, hinchados pero en su mayoría funcionales. Y todavía amo mi trabajo”, cerró.