“El viaje se me hizo eterno a Temuco desde Viña del Mar. Antes de salir de mi departamento el doctor me dijo que eran escasas las posibilidades que pudiera sobrevivir. Se me vino el cielo encima. Mi gran temor era no poder despedirme”.

Así recuerda Johnny Herrera el comienzo de un viaje que se le hizo eterno hasta la Araucanía, el viaje más triste de su vida. Fue el 2 de marzo cuando el portero recibió una docena de mensajes que daban cuenta del grave estado de salud de su madre, Gladys Muñoz, quien fue diagnosticada con COVID-19.

“Lo único que quería, era que hicieran todo lo posible para poder ver a mi viejita con vida y poder despedirme”, narra Herrera a Las Últimas Noticias. Tras manejar 800 kilómetros pudo llegar a su destino y se encontró con un panorama desolador.

Mis sobrinas y hermano estaban deshechos. Por suerte consiguieron ubicarla en una habitación que se había desocupado. Ahí estaba con todos los cuidados. Los médicos me decían que no entendían que estuviera viva todavía”, recuerda el golero con el citado medio.

Finalmente pudo entrar a ver su mamá, uno de los momentos más difíciles que ha enfrentado el exseleccionado chileno. “Es duro que te digan ‘entra a despedirte’. Entré con todos los resguardos: doble delantal, doble mascarilla, antiparras, de todo. La pena es que no podía abrazarla, pero conversamos como dos horas”, señala.

Los días posteriores sólo pudo hablar con ella por teléfono. “El gran anhelo de mi vieja era cumplir 80 años y hacer una fiesta a lo grande”, confesó el futbolista, pero finalmente le notificaron que Gladys había fallecido.

Se me vino el mundo encima. Mi viejita no pudo seguir luchando (…) No sabemos cómo se contagió. Había estado viajando durante los últimos meses. Iba a Villarica, Pucón, Temuco. Quizá ahí se infectó”, indicó Herrera.

La sepultura se hizo en Angol y a pesar de los estrictos protocolos de seguridad para este tipo de casos cuando se trata de víctimas del coronavirus, el portero de Everton agradece los gestos que tuvieron con ellos.

“Permitieron que hiciéramos una ceremonia breve y que quedara donde ella quería. Fue un momento muy duro. Es cierto que no pude abrazarla, pero pude compartir con ella hasta el final“, agregó.

Ahora, Herrera se encuentra cumpliendo cuarentena en Viña del Mar y aprovecha de enviar un mensaje después de todo lo vivido. “No quiero ni salir al balcón por precaución. Ojalá entiendan que hay que quedarse en casa. Uno no dimensiona lo que está pasando hasta que le toca vivirlo en carne propia y te meten en una clínica“, cerró.