El seleccionado nacional de handball Erwin Feuchtmann está acompañado en todos sus desafíos deportivos por su novia Judith Pigorsh. Ambos llevan tres años de relación y se conocieron en el pueblo de Lemgo, Alemania.
En dicho país el balonmano es un deporte muy popular junto con el fútbol. El capitán del equipo de Chile jugó en 2015 y 2016 en la formación que representaba al pueblo en el que conoció el amor de Judith.
También puedes leer
Respecto a la relación de ambos Las Últimas Noticias conversó con la joven de 28 años y le consultó si ella era fanática del deporte que practica su novio.“Yo era la chica rebelde, no me llamaba la atención (handball). Nunca vi un partido hasta que empezamos a pololear jajajá”, señaló.
“Él decía desde la primera cita que estábamos destinados a estar juntos. De hecho, cuando se fue a jugar a Austria, no me preguntó si quería acompañarlo, sino que me dijo cuándo me iba para allá”, confesó Judith.
Debido al deporte que realiza, Feuchtmann ha tenido que vivir en diferentes países del viejo continente, esto por el intercambio de equipos. Actualmente, el jugador se encuentra viviendo en España junto a Pigorsh, ya que es parte del club Albanca Ademar.
“Estoy gratamente sorprendida. Los españoles son muy agradables y espontáneos. Erwin está feliz con sus nuevos compañeros y en su club. Jugó su primer torneo amistoso en Portugal y le fue súper bien”, consignó la mujer.
Sin embargo, a pesar de que los dos eligieron el departamento en el que viven, Judith no puede pasar todo el tiempo con él por culpa de su trabajo en Alemania. “Estuve seis días con Erwin y me volví a Alemania porque tenía trabajo. Mi dinámica es pasar dos tercios del tiempo con él y el otro tercio en mi hogar trabajando”, sentenció.
Sobre esto mismo, agregó: “Estudié relaciones públicas, pero me dedico a otras cosas. Tengo una línea de ropa de equitación para niños y jóvenes llamada Pony Schwester y también ayudo en el negocio familiar”.
Finalmente, la joven enamorada se refirió al tema de la comunicación entre ambos y aseguró que lo hacen en inglés y alemán. “Yo creía que él no hablaba alemán, pero una vez almorzando con mis abuelos me dejó sorprendida. Cuando hablamos cosas serias lo hacemos en inglés. Ahora que estamos en España espero mejorar mi español”, finalizó
