Este jueves, Chile vivió otra jornada histórica en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, esto, tras la medalla de oro y plata, obtenidas por Gabriel Kehr y Humberto Mansilla, respectivamente, en el lanzamiento del martillo.

No obstante, y antes de toda la gloria alcanzada en suelo peruano, Kehr no lo pasó bien, ya que en su historia de vida hay un hecho que lo marcó: estuvo recluido por homicidio.

El episodio se remonta a octubre de 2016, cuando el atleta golpeó a José Luis Garrido, un joven ingeniero en administración de empresa, fuera de una discoteque en la ciudad de Temuco.

El hombre azotó su cabeza contra la vereda, falleciendo horas después debido a las múltiples fracturas en su cráneo, producto del impacto. Kehr se entregó a la justicia al día siguiente al incidente.

A partir de ahí el panorama se puso oscuro para Kehr, quien tuvo que pasar más de un mes en prisión preventiva en el Centor de Cumplimiento Penitenciario de la capital de la Región de la Araucanía, para luego pasar a cumplir arresto domiciliario por más de dos años.

Cabe señalar que debido a una anomalía en el cráneo de la víctima que fue descubierta tras su muerte, la negligencia médica que tuvo en el hospital y la irreprochable conducta de Kehr hasta antes de este hecho, permitieron que se le absolviera de homicidio simple y preterintencional.

Ya di vuelta la página, para mí eso ya no existe. Voy a seguir adelante con todo, ya pasé por lo peor y eso me hizo un poco más fuerte. Ahora prepararé el Mundial y los Juegos Olímpicos del otro año”, manifestó Kehr a Chilevisión.