Corría la madrugada del 20 de diciembre del año 2009 cuando el arquero de la Universidad de Chile, Johnny Herrera, atropelló en estado de ebriedad a la joven Macarena Cassasus, causando su muerte.

En ese instante, el examen de Herrera marcó 0,56 gramos de alcohol por litro de sangre; él declaró haber bebido sólo un vaso y medio de vodka con Coca-Cola Light.

A casi 10 años de este suceso, del que fue declarado culpable y debió cumplir 150 días de pena remitida y firma en Gendarmería, el ex Audax Italiano se refirió escuetamente al accidente en una conversación con el diario La Tercera, donde repasó su carrera profesional.

“Tenía 26 años. A esa edad crees que te las sabes todas: era joven, tenía lucas, me iba bien, vivía solo… quizás andaba en una nube que no correspondía y muchas veces a uno lo aterrizan de diferentes formas”, afirmó el arquero.

Además, fue enfático al señalar que “eso fue algo que me marcó para darme cuenta de que algo estaba haciendo mal”, dijo.

Aún así, aclaró que el accidente automovilístico no truncó su carrera profesional, puesto que para salir del país necesitaba permiso judicial.

Futuro profesional

Al mismo tiempo, el arquero se refirió sobre su futuro en el fútbol profesional, manifestando que, “queda poco, quizás no por rendimiento o condición física. Hay un estrés emocional que te pasa la cuenta. A lo mejor no me va a retirar el fútbol, me va a retirar mi personalidad. Voy a mandar todo a la cresta y chao, se acabó. Queda poco, quizás, pero aún no es el fin de la era Herrera”, concluyó.