La final de Wimbledon que el pasado domingo disputaron Novak Djokovic y Roger Federer, además de agotadora, fue histórica.

Lo anterior, debido a que el serbio debió batallar por casi cinco horas para quedarse con el triunfo, con un ajustado 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12, convirtiendo al partido en la final más larga en la historia del torneo inglés.

Finalmente Djokovic, literalmente, saboreó la victoria. ¿Cómo? Al finalizar el partido, el tenista no encontró nada mejor que arrancar un pedazo de césped de la cancha, llevárselo a la boca, y tragarlo, ante las miradas y las risas del público presente, que aún ovacionaba a ‘Nole’ por su cometido ante el helvético.

Pero este particular festejo tiene una explicación y que se remonta a 2011, cuando Novak ganó su primer Wimbledon. En aquella ocasión, el actual número uno del mundo reveló que siempre quiso ganar el tradicional torneo. Cuando por fin lo consiguió, quiso conmemorarlo haciendo algo extravagante, tradición que se ha mantenido hasta este, su quinto título de Wimbledon.

“Es una pequeña tradición. Cuando era niño soñaba con ganar Wimbledon, así que, como todos los niños, sueñas con hacer una locura. Cuando me imaginaba ganándolo algún día, me dije, ‘debo comer pasto’. Por alguna razón, no se por qué lo hice“, manifestó el año pasado a la BBC, luego de vencer en la final a Kevin Anderson.

Además, en dicha oportunidad también añadió que “me encanta el sabor del pasto de Wimbledon. Significa que estoy en la final y que gané. Es una tradición”, sostuvo fiel a su estilo el número uno del ranking mundial.


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Tradition 🌱😃👐🏼 #Wimbledon

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