En los últimos días se han registrado lesiones brutales y escalofriantes que han dado la vuelta al mundo, pero lo que ocurrió en Suecia no deja de llamar la atención por lo absurdo y anecdótico, aunque igual de comentado.

Todo ocurrió en la segunda división del fútbol sueco, en un partido entre Osters y Degerfors, cuando el joven Mattias Ozgun se preparaba para ingresar al terreno de juego, a un costado de la cancha. Era la segunda vez que el jugador sumaba minutos oficiales con la camiseta del Degerfors.

Pero la emoción y las ansias le jugaron una mala pasada. Cuando se hizo la modificación, su compañero Axel Lindahl, que abandonó el campo, quiso saludarlo para desearle suerte y sin querer, le introdujo el dedo en el ojo al juvenil, cuando faltaban ocho minutos para el termino del encuentro.

El volante alcanzó a avanzar unos metros, pero se detuvo con la mano en el rostro, no pudiendo continuar y solicitando atención médica.

De todas formas, la historia tuvo un final feliz para el jugador. Minutos más tarde pudo retornar a la cancha, para disputar unos minutos. “Es una de las lesiones más extrañas que he experimentado”, bromeó el mediocampista con el medio local Expressen.