Una entrevista extensa y bastante existencial fue la que entregó recientemente Brad Pitt a la revista GQ, donde habló del posible final de su carrera como actor, su historial de adicciones y el quiebre matrimonial con Angelina Jolie.

A sus 58 años, quien fuera una de las más grandes estrellas de Hollywood se deja ver cada vez menos. Dejó atrás el tiempo en que era protagonista de grandes producciones.

Ahora sus apariciones en el cine son más esporádicas, y dedica gran parte de su tiempo a su labor como productor de cine. De hecho, su productora Plan B Entertainment comenzó a promocionar la película Blonde, basada en la biografía de Marilyn Monroe.

“De un tiempo a esta parte, me veo ya en mi última etapa“, dijo respecto a su carrera actoral. “¿Cómo va a ser esta nueva fase? ¿Cómo voy a planteármela?”, cuestionó.

Pero también mostró un lado más introspectivo de su vida personal, asegurando que “la alegría ha sido algo que he descubierto más tarde en la vida. Siempre me dejaba llevar por la corriente, iba por el mundo un poco sin rumbo, pasaba de una cosa a otra”.

“Creo que durante algunos años sufrí una depresión leve, y hasta que no la he superado, hasta que no me he aceptado totalmente, con lo bonito y con lo feo, no he podido sentir esos momentos de alegría”, reflexionó Pitt.

“Creo que todos tenemos el corazón roto”, añadió, recordando que han pasado cerca de seis desde su complicado divorcio de Angelina Jolie, con quien tiene 6 hijos en común.

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Portada GQ

La introspectiva entrevista de Brad Pitt

La periodista que conversó con el protagonista de El club de la pelea reveló que el actor tiene tatuado un poema de Rumi en el bíceps derecho.

“En algún lugar, más allá del bien y el mal, hay un jardín. Allí me reuniré contigo”, dice bajo su camiseta. Y si bien suena romántico, lo cierto es que habla de la necesidad de compañía. “Siempre me he sentido muy solo”, reconoció Pitt.

“Solo cuando era pequeño, solo incluso aquí, y hasta hace poco no me he sentido más arropado por mis amigos y mi familia. Hay un verso de Rilke, o de Einstein, te lo creas o no, que trata sobre cómo vivir en la paradoja de albergar un dolor muy grande y al mismo tiempo sentir una alegría de verdad. Eso es madurar, crecer como persona”, reflexionó.

“Soy un asesino. Soy un amante. Tengo la capacidad de sentir una gran empatía, pero también de ser mezquino”, indicó en otro momento de la entrevista.

 

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Adicciones y privilegios

Aseguró que dejó de fumar durante la pandemia porque se dio cuenta de que fumar menos no iba a funcionar, y que debía cortar por lo sano. “No puedo fumarme uno o dos al día”, señaló. Y agregó: “No está en mi carácter. Voy a por todas. He perdido mis privilegios”.

En 2016, tras la petición de divorcio de Jolie, dejó de beber y se pasó un año y medio asistiendo a reuniones regulares de Alcohólicos Anónimos, mientras adoptaba los principios básicos del grupo de abstinencia de todas las sustancias que alteran la mente.

“Estuve en un grupo de hombres estupendo, muy privado y selectivo, así que era seguro”, contó.

“Había visto lo que le había pasado a otros, como a Philip Seymour Hoffman, a quien le grabaron mientras vomitaba, y me pareció algo atroz”, concluyó.