Sobre una serie de aspectos sobre su carrera y su vida personal, conversó Miguel Bosé con Jordi Évole en el canal La Sexta de España, luego de años sin dar entrevistas a los medios de comunicación.

En la instancia, el intérprete habló sobre el alejamiento con sus hijos, la tuición de ellos, la pérdida de su voz, el quiebre con su expareja Nacho Palau y su relación con las drogas.

Según señaló el español, su vínculo con estas últimas fue hasta hace siete años, definiendo este tiempo como una “parte oscura que todos tenemos”.

“Pensaba que era una parte necesaria, ligada a la creatividad. Pero cuando el consumo es habitual, las drogas dejan de ser un aliado y pasan a ser enemigos”, reflexionó el cantante, quien además recordó una anécdota sobre sus tiempos de adicción. Llamé a unos amigos de madrugada y les dije: ‘Quiero ir de fiesta’. Esa noche me tomé mi primera copa y me metí mi primera raya, que me duró una semana; me salió baratísimo”, contó, según recogió BioBioChile.

A su vez, Bosé ahondó en su relación específicamente con la cocaína. “Se convirtió en una dependencia diaria, empezó a perder la gracia y a causar problemas serios. He llegado a consumir casi dos gramos diarios, más fumar maría (marihuana), éxtasis”, dijo.

Sin embargo, el reconocido cantante aseguró que dijo adiós a todos los excesos, el mismo día. “Subiendo unas escaleras hacia un escenario para un ensayo, mi road manager me dijo: ‘Está todo preparado’. Y yo le contesté: ‘Se acabó””, señaló en la primera parte de la entrevista que fue emitida este domingo en la televisión española.

Bosé y su estado de salud

Por otra parte, se refirió a la pérdida de su voz, la cual relacionó de manera indirecta con el quiebre con su expareja y el distanciamiento de sus dos hijos.

“Cuando mi relación de pareja empezó a ir mal, cuando el amor no existe, cuando el enamoramiento ha desaparecido, cuando la amistad y el buen rollo se difuminan y cuando se pierde la admiración, cuando todo se derrumba… En mi caso por discreción, por responsabilidad, por educación también, aguantas. Y estalla. Estalla mal y empiezan los problemas serios. Y, para mí, uno de esos problemas fue la voz. Ahora puedo hablar, pero he llegado a no tener voz”, lamentó.