Parece ser que escabullirse dentro del Palacio de Buckingham es algo imposible de lograr, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de seguridad con la que cuenta la reina Isabel II. Pero no lo es.

Así lo demostró en la década del 80 un pintor irlandés llamado Michael Fagan. Aunque parece difícil de creer, el hombre entró borracho a la residencia oficial de la monarca y hasta se metió a su habitación cuando ella dormía.

Según relató el portal Huffington Post, el hecho ocurrió la madrugada del 9 de julio de 1982. Agobiado por problemas económicos y amorosos, no encontró nada mejor que contarle sus penas a Isabel II.

Fue así como llegó hasta el Palacio de Buckingham, saltó un muro de cuatro metros, trepó una tubería que llegaba a una ventana que estaba abierta y simplemente entró, encontrándose en la sala donde había una lujosa colección de sellos de Jorge V.

¿Y las alarmas, la seguridad? Bueno, las alarmas sí detectaron una situación irregular, pero los guardias las desconectaron porque pensaron que era una falla del sistema ¿Quién podría colarse al Palacio de Buckingham a las siete de la mañana? Pues Michael Fagan.


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El pintor se cortó la mano con un cenicero, dejando evidencia de su “estancia” en la residencia. Sosteniendo un adorno de cristal entró a otra habitación que resultó ser la de la Reina.

Isabel II se despertó cuando Fagan comenzó a abrir todas las cortinas del lugar. En ese momento intentó mantener la calma y llamó a seguridad pulsando un botón de emergencia que estaba junto a su cama, todo esto mientras conversaba con el pintor. Su conversación duró 10 minutos.

Y como si ya nada pudiese ser más insólito, Michael le pidió un cigarro cuando la Reina lo encaró por su “visita”. Su petición fue aceptada por la monarca y le pidió a una funcionaria que le trajera lo que solicitaba.

Paul Whybrew, también funcionario del Palacio y quien recientemente había llegado de pasear a los perros de Isabel II, fue quien calmó a Fagan mientras llegaba la policía.

Como era de esperarse, el pintor fue detenido pero no fue sentenciado a prisión, pues en ese tiempo no existía el delito de allanamiento de morada. Eso sí, fue internado en un centro de salud mental por seis meses.

No era la primera vez

De acuerdo al mencionado portal, aquel 9 de julio de 1982 no fue la primera vez que Michael Fagan irrumpía en el lujoso hogar de la reina Isabel II.

Un mes antes de este incidente, el pintor saltó el mismo muro, subió por una tubería e ingresó por otra ventana. En esa ocasión se paseó por habitaciones, se sentó en el trono y hasta bebió una botella de vino blanco.

Fue una trabajadora del Palacio quien lo descubrió, pero al momento de llegar la seguridad él ya no estaba. Claramente lo reconocieron un mes después, cuando ocurrió el incidente, el que por cierto será retratado en la nueva temporada de The Crown.

Actualmente Michael Fagan tiene 69 años y hace unos meses estuvo complicado de salud, pues se contagió de COVID-19 y un infarto provocó su hospitalización, pero ya está mejor.

Por último, el pintor opinó de este retrato en la serie de Netflix y no le gustó que fuese Tom Brooke el responsable de personificarlo, indicando que habría preferido nada menos que Al Pacino.


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