El romance del príncipe William y Kate Middleton estuvo lejos de ser un cuento de hadas como muchos creyeron alguna vez.

Comenzaron su romance en 2005, recibiendo un fuerte acoso periodístico, y en 2007 la pareja decidió separarse, principalmente por decisión de William, quien no habría estado seguro de su relación y futuro compromiso.

De hecho, se ha especulado por años que Camila Parker y el príncipe Carlos estuvieron detrás de estas inseguridades del heredero al trono de Inglaterra.

Middleton y William continuaron siendo amigos y poco a poco retomaron su relación y en octubre de 2010 anunciaron su compromiso en Kenia. El 29 de abril del año siguiente la pareja se casó en la Abadía de Westminster y con el paso de los años se convirtieron en padres de tres hijos: George, Charlotte y Louis.

Pero cuando recién estaban comenzando su romance, William le hizo una promesa a Kate que no pudo cumplir y que según una biógrafa real, rompió su corazón y la dejó llorando.

Fue en noviembre de 2006 que Middleton fue invitada a Sandringham para el tradicional almuerzo navideño de la familia real, escribe Katie Nicholl en su libro de 2011 The Making of a Royal Romance, sin embargo, la actual duquesa de Cambridge tuvo que rechazar la invitación porque disfrutaría las vacaciones de Navidad con su familia.

En ese entonces, los padres de Kate habían arrendado la residencia conocida como Jordanstone House, en Escocia, para pasar las fiestas de fin de año en familia. “William había prometido que se uniría a los Middleton para celebrar Nochebuena en Jordanstone House“, relata Nicholl en la obra.

“El escenario difícilmente podría haber sido más romántico y Kate esperaba ansiosamente su llegada”, sin embargo, a último momento William cambió de opinión y decidió no ir y quedarse con su propia familia.

Esta noticia dejó devastada a Kate, principalmente porque era una esfuerzo familiar el que habían hecho arrendando una costosa propiedad. Además, ella sentía que esto podía ser una antesala de algo peor.

Y al parecer no se equivocó, pues al año siguiente pasaron por altos y bajos que finalmente los llevaron a una ruptura.

Se dice que William había tenido dudas y que se sentó a conversar con su padre y abuela, la reina Isabel, para discutir sobre su futuro con Kate, a lo que ellos le habrían contestado que se tomara las cosas con calma.