Ya sea por las películas o por las distintas obras literarias que existen en torno a la reina de Inglaterra, cuando la imaginamos preparándose para un evento oficial, lo más seguro es que la visualicemos rodeada de su personal más cercano y exigiendo que todos los detalles se cumplan a la perfección.

Uno de estos es, sin duda, su vestuario, el que desde 1994 está visado por su modista Angela Kelly, quien se ha preocupado de que sus icónicos y alegres looks monocromáticos queden en el inconsciente colectivo de los millones de personas que siguen a la monarca.

Pero junto con la ropa también están las carteras y sus joyas. Sobre estas últimas Isabel tiene para regodearse debido a las valiosas colecciones que mantiene en su palacio.

Y es justamente en el tema de las joyas que cobra relevancia una botella de ginebra que siempre está al lado de la madre del príncipe Carlos pero no precisamente para beber unas copas, consignó el portal español El Confidencial.

De acuerdo al libro El otro lado de la moneda: La reina, la cómoda y el armario, de Angela Kelly, se revela el papel que cumple esta botella en su rutina previa a un evento oficial. Cabe señalar que debido a la confianza que existe entre la monarca y Kelly, ella es la única persona autorizada por Su Majestad para develar “intimidades” de su vida.

Un poco de ginebra y agua son útiles para darles a los diamantes un brillo extra, ¡pero no se lo digas al joyero!“, expresa Kelly en sus páginas.

La autora aclara que si bien el joyero personal de la Reina le da una limpieza profunda a las joyas cuando se requiere, ella opta por una “pulido rápido con ginebra y están brillando de nuevo“.

Antes de eso, para que la Reina elija las que más le gustan, se le presentan las joyas en una bandeja que perteneció a la reina María. Ahora bien, si hay una corona o tiara que contenga restos de laca por un uso anterior, se aplica un poco de agua, líquido limpiador y un poco de gin para su brillo.