El príncipe William es el segundo en la línea de sucesión al trono de Inglaterra, después de su padre, el príncipe de Gales, Carlos.
No obstante, hace algunos años atrás surgió un rumor en Estados Unidos que obviamente dio la vuelta al mundo, y que habla sobre una supuesta ‘hija secreta’ de Diana de Gales y el príncipe Carlos, y que sería mayor que William.
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Ella se llamaría Sarah y habría estado viviendo de incógnito en una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra en Estados Unidos, país al que habría emigrado para proteger su vida, cuando recibió amenazas al intentar averiguar sobre sus orígenes.
Según consignó el medio británico Daily Mail, esta increíble teoría explica que en diciembre de 1980, cuando Lady Diana Spencer se sometió a pruebas ginecológicas encargadas por la reina Isabel, para asegurarse que podría engendrar hijos, ocurrió una situación que amenazó la estabilidad de la familia real británica.
Cuando se obtuvieron los resultados positivos de las pruebas, el compromiso fue anunciado y se ordenó la eliminación de los embriones. No obstante, un miembro del equipo médico que examinó a Diana, habría retenido en secreto uno de los embriones y luego lo implantó en su propia esposa a través de fertilización in-vitro, convirtiéndose así en una especie de madre sustituta del hijo biológico de Diana y Carlos.
Esta bebé habría sido una niña que nació en octubre de 1981, ocho meses antes de William (21-junio-1982). Cuando Sarah tenía 20 años, sus padres murieron en un accidente automovilístico, y al tiempo después ella encontró un diario de vida donde se revelaba la verdad.
Para sustentar esta teoría (o hacerla más increíble aún), Sarah habría intentado llegar al fondo de todo el asunto, sin embargo, no continuó pues recibió una amenaza telefónica advirtiéndole que si valoraba su vida, dejara de investigar.
Fue así como atemorizada, habría decidido instalarse en Estados Unidos donde vive bajo una identidad secreta.
¿Qué tan real puede ser?
Al leer toda la historia, lo primero que podemos pensar es en un sinfín de teorías de conspiración similares. No olvidemos que tras la muerte de Lady Di, fueron muchas las teorías que hablaban de un accidente planeado por la Corona.
No obstante, existe evidencia que toda esta historia del bebé secreto comenzó como ficción, producto de una historia escrita en 2011 por la exempresaria de Nueva York, Nancy E. Ryan, que actualmente vive en Palm Beach Gardens, Florida, titulada La desaparición de Olivia.
Se dice que Ryan quedó fascinada con la historia de la primera bebé fertilizada in-vitro, Louise Joy Brown, nacida en 1978. Al mismo tiempo, sentía un especial interés con Diana, pues la parecía “una de las mujeres más fascinantes de mi vida” y había “leído muchas historias sobre Princesa Diana deseando tener una hija”.
Por ende, todas estas ideas se habrían mezclado a la hora de escribir esta historia, protagonizada por una oncóloga llamada Olivia Franklin, que “admiraba a la princesa Diana y quería emularla“. Esta misión se vuelve más fácil cuando se entera que en realidad ella es la hija secreta de Diana, por el mismo procedimiento anteriormente descrito.
Olivia, además, debe vivir a escondidas ya que habría recibido amenazas porque su existencia amenazaba la estabilidad de la Familia Real. ¿Coincidencia?
Pero al parecer, algunos medios se tomaron esta historia tan ‘a pecho’, que la revista estadounidense Globe, dedicó una portada con el titular: “Bombshel New Book: la hija secreta de la princesa Diana“.
En la imagen de la portada se veía a la princesa Diana junto a otra foto de una joven con cabello rubio hasta los hombros, cuyo rostro y sonrisa eran muy parecidos con el Lady Di.
Pero al desmenuzar la fotografía, se dejó en evidencia el uso del mismo delineador de ojos de la princesa, y tanto sus ojos como cejas, nariz y dientes eran idénticos a Diana. Al parecer no era más que una imagen de la ‘princesa del pueblo’ retocada para hacerla parecer por otra persona.
Aun así, en Globe no estaban dispuestos a renunciar a este ‘escándalo’, por lo que continuaron trabajando en artículos que aseguraban que en un viaje de Kate Middleton y William a Estados Unidos, la duquesa se habría reunido en secreto con la mujer, y habría terminado impactada por el parecido entre la joven y su difunta suegra.
Con el tiempo, la misma revista aseguraba que Sarah había viajado a Inglaterra para enfrentar al príncipe Carlos, e incluso citaron palabras de la supuesta mujer, escuchadas por personal de la Corona. “¡Mataste a mi madre!“, le habría dicho ella.
Globe aseguró en 2015 que existían imágenes del encuentro, sin embargo, nunca las han mostrado.
Asimismo, la publicación insistía que la aparición de Sarah como hija biológica de Diana y Carlos, supondría un riesgo en la línea de sucesión al trono, por ser mayor que William, sin embargo, esto no sería tan así.
Lo anterior porque recién en 2013 se modificó la Ley de Sucesión a la Corona, para asegurar que el hijo mayor sea el heredero legítimo independiente de su sexo, y esta normativa podría aplicarse de manera retroactiva solo hasta el 2011, año en que se presentó esta moción por primera vez. Por lo tanto, la mítica Sarah (nacida supuestamente en 1981) no influiría en absoluto en la posición del duque de Cambridge como el futuro rey de Inglaterra.
