Es un hecho que tanto Meghan Markle como Kate Middleton, gozan de ciertos privilegios en su calidad de integrantes de la familia real británica. Dinero, lujos, joyas y otros beneficios son pan de cada día en sus círculos, sin embargo, antes de disfrutar de estos recursos, debieron cumplir con una estricta tradición y que tiene que ver con sus matrimonios.

Lo anterior porque de acuerdo a una antigua tradición, confirmada por expertos en estos temas, la Corona Británica (CB) no paga por los vestidos de novia, sino que solo por la ceremonia y posterior festejo. Lo que no es menor si consideramos la cantidad de invitados y el lujo presente en estos eventos.

Y es que al igual que según el portal australiano Mamamia, tanto Markle como Middleton debieron pagar su propia ropa durante todo el tiempo en que estuvieron de novias con sus respectivos príncipes, pues la Corona no puede hacerse cargo de estos gastos ya que aún no son “oficialmente” parte de la familia real, cuestión que cambia tras el matrimonio.

Lo anterior tiene que ver, también, con el origen plebeyo de ambas mujeres. Evidentemente, en el tiempo de noviazgo, sí pueden aceptar regalos de sus prometidos, pero se espera que estos sean cancelados con las finanzas personales de William o Harry y no con dinero de la CB.

Fue así como Meghan y Kate debieron desembolsar varios millones para pagar sus espectaculares vestidos de novia y que dieron bastante que hablar el día de sus matrimonios. Eso sí, ambas lo financiaron de manera diferente.

En el caso de Markle, ella echó mano a su propio bolsillo para adquirir su vestido Givenchy que le costó cerca de 100 mil dólares, o sea, más de 71 millones de pesos chilenos. Eso sí, recordemos que en el último tiempo, la actriz estaba cobrando bastante notoriedad en Hollywood, y su patrimonio bordeaba los siete millones de dólares. De hecho, la ahora duquesa de Sussex, ganaba cerca de 50 mil dólares por capítulo de la serie Suits.

Algunos de los requerimientos que tuvo Markle para su vestido fueron que debía ser con una estética atemporal y elegante, algo que la diseñadora británica Clare Waight Keller logró a la perfección.

En el caso de Kate Middleton (¡qué suerte para ella!) fueron sus padres los que le regalaron su vestido de la marca Alexander McQueen, y diseñado por Sarah Burton. Una pieza que casi cuadriplicó el precio que pagó Meghan, pues bordeó casi los 400 mil dólares, es decir, unos 285 millones de pesos chilenos.

Pero cabe destacar que la familia Middleton no es precisamente de ‘clase media’, pues han amasado una gran fortuna gracias a los negocios de su padre.

Ahora que ambas son parte oficial de la realeza, queda claro que la CB puede hacerse cargo de uno que otro vestido, al igual que del préstamo y/o regalo de joyas que han estado por años en la familia. Eso sí, ambas tienen prohibido aceptar regalos de marcas, aunque todas se peleen por ellas.