Pese a que la princesa Diana no quería casarse con Carlos, una vez que el compromiso era inevitable, ella intentó por todos los medios ser “digna” de su amor, aunque las humillaciones y desaires del futuro monarca eran constantes.

Ambos tuvieron dos hijos, el príncipe William y el príncipe Harry, pero ni siquiera ellos fueron suficiente para que el heredero al trono se enfocara en su familia y esposa, muy por el contrario, mantuvo una relación en secreto durante todo ese tiempo con Camilla Parker.

Con el dolor de su alma, como lo confesó en varias entrevistas, Diana de Gales decidió poner fin a la farsa que estaba viviendo y optó por separarse del príncipe Carlos a comienzos de 1994, aunque los rumores de crisis matrimonial comenzaron a circular en 1986.

Las situaciones que encendieron las alarmas de la prensa, fueron los constantes viajes en solitario de Diana desde 1992, por lo que dos años más tarde ya no había nada que esconder.

Como era de esperar, el divorcio se convirtió en todo un escándalo para la corona británica y Lady Di fue una de las más afectadas, ya que sufrió en carne propia las críticas y rechazos de la realeza, sobre todo cuando su figura mediática como “la princesa del pueblo” comenzó a robarse el protagonismo de la familia real.

Como en todo divorcio, se presentaron varias situaciones complejas, principalmente en lo que respecta a la custodia de sus hijos, ya que oficialmente pertenece a la monarca, la reina Isabel II. Eso claramente iba a dificultar su relación con la corona, sin embargo, lo que más impactó y afectó a Lady Di, fue cuando el príncipe Carlos se negó a que su ahora exmujer siguiera siendo considerada una princesa y le quitó su título nobiliario.

Según escribió el exmayordomo de confianza de Diana de Gales, Paul Beller, en su libro A Royal Duty, la reina Isabel intentó disuadir a su hijo de esta decisión, pero no lo logró.

Fu así como la princesa de Gales pasó a llamarse nuevamente Lady Diana Spencer y ella quedó devastada. Eso sí, no porque perdiera privilegios, sino más bien porque eso la alejaría por completo de la crianza y educación de sus hijos.

No podía vivir con ellos y, además, cuando los viera tampoco podía llamarlos por su nombre simplemente, sino que debía tratarlos como “Su Alteza Real”.

Diana estaba tan mal que, según consignó E! Online, el príncipe William, que en ese entonces tenía cerca de 14 años, le hizo una dulce promesa.

Según Beller, la princesa le contó que William se le acercó una noche en que ella estaba molesta por esta decisión de Carlos y le dijo: “No te preocupes mami, yo te lo devolveré cuando sea rey“.

Lamentablemente, al año siguiente Lady Di falleció en un accidente automovilístico en París, escapando del asedio de los paparazzis, quienes querían la mejor captura de su cita con el multimillonario egipcio Dodi Al-Fayed.

Eso sí, nadie descarta que aunque no haya podido cumplir esa promesa en vida a su madre, lo haga como título póstumo una vez que asuma la corona británica. Sería un gesto que, sin duda, daría que hablar.