Rompiendo con la tradición, el príncipe Harry y su esposa Meghan anunciaron el nacimiento de su primer hijo en Instagram pero, aunque ofrecen la imagen de una pareja moderna, también deberán respetar unas reglas que en algunos casos son ancestrales.

Hubo un tiempo en que el ministro de Interior debía asistir al nacimiento de un bebé real, heredero potencial del trono, para asegurar su legitimidad. Afortunadamente para Meghan, esta tradición fue abandonada en 1936, con el nacimiento de la princesa Alejandra, prima de la reina Isabel II.

El príncipe Enrique asistió al nacimiento de su primogénito, como hizo su hermano Guillermo con sus tres hijos.

Visiblemente encantado, anunció la noticia a los periodistas congregados frente al castillo de Windsor. Haciendo honor a la modernidad, al mismo tiempo se publicó un mensaje en la cuenta de la pareja en Instagram que decía “¡Es un niño!” y que recibió más de 750.000 “me gusta” en una hora. Creada el mes pasado, dicha cuenta había batido un récord de rapidez al sumar un millón de seguidores en menos de seis horas.

Salvas de cañón

Según la tradición, la reina Isabel II y el primer círculo de la familia real fueron los primeros en ser informados del nacimiento.

A continuación se ubicó una proclamación firmada por los médicos reales en un caballete en el patio del palacio de Buckingham para informar a la población.

Para celebrar la buena nueva, estaban previstas dos salvas de cañón en Londres (62 disparos desde la Torre de Londres y 41 desde Green Park, junto al palacio de Buckingham).

El secretario privado de la reina es el encargado de informar a los gobernadores generales de la Commonwealth.

El nombre del bebé podría no ser anunciado hasta varios días después: los británicos tuvieron que esperar una semana antes de conocer el nombre de William y un mes para el de Carlos.

El príncipe Harry dijo este lunes que pensaba presentar al recién nacido a la nación y anunciar su nombre “probablemente dentro de dos días”.

Se diferencia así de su hermano William y de su esposa Kate, cuyos tres hijos -el príncipe George, de 5 años, la princesa Charlotte, de 4, y el príncipe Louis, de 1- fueron presentados a las cámaras del mundo entero justo después de nacer.

Harry lucha hace años para proteger su vida privada. Su relación con los medios de comunicación es tensa desde la muerte de su madre, Diana, en un accidente de coche en París en 1997, perseguida por paparazzis.

No se ha precisado dónde dio a luz Meghan, pero según algunos medios británicos la pareja quería que el bebé naciera en casa, lo que recuperaría una antigua tradición. La reina Isabel II tuvo a sus cuatro hijos en palacio.

¿Futuro conde?

Contrariamente a sus primos hermanos, el hijo de Harry y Meghan no será príncipe, a menos que la reina así lo decida. Todavía no se ha anunciado qué título tendrá.

El pequeño podría ser conde de Dumbarton (Escocia), el segundo de los títulos nobiliarios que la reina atribuyó a Harry en ocasión de su boda con Meghan.

El bebé será bautizado por la Iglesia anglicana, vestido con una réplica del traje de encaje y satén que llevó la hija mayor de la reina Victoria en 1841. El original, que lucieron 62 bebés de la familia real, no se utiliza desde 2004 para que no se deteriore.

Los bebés de la familia real son por lo general bautizados por el arzobispo de Canterbury en la capilla real del palacio de Saint James, con agua del Jordán -donde Jesús fue bautizado por Juan Bautista según el Evangelio-, vertida sobre la pileta de plata esculpida con nenúfares que utiliza la familia real desde hace varias generaciones.

Los bebés reales tienen por lo general seis padrinos y madrinas.