El Poder Legislativo una vez más protagoniza una polémica por las cifras económicas dispuestas para la labor de sus miembros, y por la transparencia con que estas son utilizadas.

“Viáticos nacionales” es el nombre con el que se denomina a los $95.880 que recibe cada diputado y senador por día asistido al Congreso, ya sea a la sede de Santiago o a la de Valparaíso.

Este monto, justificado en que muchos parlamentarios deben viajar desde sus regiones, es uno diferente al recibido por viajes al extranjero y es percibido por los legisladores con independencia de los gastos ya cubiertos por conceptos de combustible o pasajes. Por lo tanto, en los hechos, está destinado a un eventual alojamiento y a las comidas que se adquieran fuera de los comedores de cada bancada, donde también están cubiertos los consumos.

La cantidad máxima de viáticos que puede recibir un diputado o un senador está fijada por el Consejo Resolutivo de Asignaciones parlamentarias, que fijó la cifra en 15 días para aquellos meses con cuatro semanas legislativas, y a 12 días para meses en que sólo se dan tres semanas legislativas a favor de una distrital.

La disposición del Consejo Resolutivo descarta viáticos para días inasistidos o bajo licencia médica, sin embargo, deja abierta la posibilidad de que el monto sea cobrado por un diputado que vive en Valparaíso.

La discusión nuevamente está abierta ¿Se justifica la entrega de esta cifra a los parlamentarios por el hecho de concurrir a las sedes a y las funciones que constituyen su labor diaria?

Agencia UNO
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Opiniones

El diputado de Revolución Democrática, Pablo Vidal, considera que tan importante como el monto es la transparencia, “porque, por ejemplo, las ofertas hoteleras son muchas y los precios varían en un abanico muy amplio”.

Al respecto, fuentes ligadas a Congreso, declaran que la mayoría de los parlamentarios alojan en Valparaíso en el O’Higgins Park Hotel, ubicado frente a la sede del Legislativo. Allí el precio de una habitación single con cama de dos plazas tiene un valor por noche de $38 mil pesos.

“Algunos rinden por completo el monto, y otros rinden una parte, con la boleta específica de alojamiento, por ejemplo. En RD lo hacemos, en nuestro sitio web está el detalle de nuestros gastos, el 25% va como aporte al partido y luego cada ítem lo detallamos incluso más allá de lo que exige la ley”, asegura.

Vidal cree que esta nueva polémica vuelve a poner sobre la mesa dos discusiones de fondo. “La necesidad de rebajar la dieta parlamentaria, también la de los ministros y jueces. Hay que nivelar hacia la realidad de las personas”, dice.

Un segundo punto, es que debe discutirse “que el Congreso esté en Valparaíso, porque todos tienen que llegar primero a Santiago y después viajar, nosotros, los periodistas, los invitados, las comitivas. Generamos todos los años un gasto extra bajo el argumento de la descentralización, que no se cumple”.

Otro que se muestra contrario a la poca regulación que existe con los viáticos es el parlamentario demócrata cristiano Raúl Soto, quien manifiesta la necesidad “de regular la situación de entrega de viáticos a parlamentarios”, agregando que “hay que hacerlo extensivo a las demás autoridades del Estado”.

“Hay que regular de mejor manera la entrega de recursos públicos por este concepto. Creo que hay que transparentar absolutamente todo, que se asuman los errores y las responsabilidades que se han cometido, y que se investigue también si ha habido irregularidades”, expresó Soto, quien agregó que esto no puede quedar en “borrón y cuenta nueva”.

Al respecto, afirma que los recursos entregados para los viajes al extranjero “muchas veces van directamente al bolsillo de los parlamentarios y por lo tanto, el llamado es a regular de mejor manera esta situación”.

“El sentido común nos dice que es razonable que se pague por concepto de alojamiento, de pasajes aéreos, sobre todo cuando se trata de viajes oficiales, en representación de la respectiva institución o cuando se trata de viajes oficiales. Sin embargo, el viático que va directamente al bolsillo para otro tipo de gasto, de alimentación, de lo que sea, creemos que no se justifica, que no se rinde qué se hace efectivamente con esa plata y perfectamente puede quedar para el bolsillo del parlamentario, por lo tanto, hay que regularlo”.