Siempre se ha dicho que cuando un niño hace algo que no corresponde, un castigo es la manera para que entiendan que eso no se hace, sin embargo, una madre en Sudáfrica se fue al extremo.

El hecho ocurrió en la localidad de Randfontein, una ciudad que queda a 40 kilómetros de la capital Johannesburgo, según informó T13.

Dos hermanos, se cinco y siete años, comieron sin pedir permiso unas alitas de pollo que había comprado su madre, lo que a ella no le pareció nada de bien.

Lo que para cualquiera podría sonar como una travesura, para esta mujer de 27 años fue motivo suficiente para dar una fuerte reprimenda: quemarle las manos con un fierro caliente.

El profesor de los pequeños se dio cuenta de la agresión de la que habían sido víctima, cuando vio las manos dañadas, momento en que llamó al padre, quien declaró que estaba separado de la mujer.

Al ser interrogado por la policía, el docente declaró que lamentablemente no era la primera vez que veía a los pequeños con secuelas físicas producto de castigos de parte de su madre, por lo que será procesada por abuso y maltrato infantil.