“Un hombre común y corriente”, “educado” e incluso “galán”, eran algunas de las características que definían a Theodore Robert Cowell Bundy, norteamericano que se convirtió en todo un personaje de terror en los años 70. En su vida se basa la nueva película de Zac Efron e incluso una serie de Netflix donde se muestran sus testimonios.

Antes de convertirse en un prófugo de la justicia por ser el autor de 36 homicidios, Bundy llevaba una vida “normal”. Nació en Burlington, Estados Unidos, y fue criado por sus abuelos. A los 4 años se enteró que ellos no eran sus padres, tal y como especifica el sitio History.

Durante su niñez, Ted disfrutaba atrapando animales y torturándolos, como una rutina normal. Incluso, en una ocasión, su tía Julia Cowell, despertó de una siesta rodeada por cuchillos de cocina, y al pie de la cama estaba el pequeño sonriéndole. Esos fueron los primeros rasgos criminales que presentó.

Posteriormente en su adolescencia se mudó a vivir con su madre y empezó a consumir pornografía, volviéndose adicto a este contenido. Según le explicó a su psicólogo antes de ser ejecutado, esto habría influido en la evolución de su actuar sicópata.

“Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte cómo sería hacerlo en realidad“, señaló el acusado, tal y como consigna el sitio The Washington Post.

Captura Youtube
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A pesar de sus primeras perversiones, Bundy destacó por sus calificaciones en la Universidad de Washington y en la de Puget Sound, en Tacoma, donde estudió derecho y psicología respectivamente. Durante ese proceso, conoció a Stephanie Brooks, una joven de 21 años con quien tuvo una relación intermitente.

Sus primeros crímenes

El 4 de enero de 1974, Ted ingresó a la pieza de una universitaria de 18 años a quien golpeó con una palanca metálica y posteriormente violó con un trozo de madera. La víctima sobrevivió, pero con un daño cerebral permanente.

Un mes después, Bundy llevó a cabo su segundo ataque, esta vez a una estudiante de psicología, cuyos restos fueron encontrados en una montaña cercana al campus. Posteriormente, se calcula que Ted llevó a cabo cerca de 8 asesinatos. En ese entonces, la policía ya tenía hecho un perfil del presunto autor.

Captura Youtube
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El hombre usaba diferentes implementos como pelucas y barbas falsas para engañar a sus víctimas y llevarlas a sitios solitarios para cometer sus crímenes. Incluso, cuando se mudó a Colorado en 1975, mató al menos a seis mujeres.

Durante ese periodo, los medios comenzaron a difundir la imagen representativa del asesino, a quien llamaron “el diablo reencarnado en hombre”.

Condenado

El 16 de agosto de ese año la policía detuvo a Bundy mientras conducía, solo con la intención de comprobar su licencia. Sin embargo, el sujeto se dio a la fuga y levantó sospechas por su actuar. Tras ser detenido, los oficiales encontraron una palanca de metal, esposas, cinta y otros objetos que sirvieron de prueba para iniciar una investigación.

Fue en ese momento cuando fue condenando por la larga lista de crímenes que había cometido. “He conocido a personas que irradian vulnerabilidad (…) Sus expresiones faciales dicen: Tengo miedo de ti. Estas personas invitan al abuso (…) Esperando ser lastimadas, ¿sutilmente lo fomentan?”, fueron sus declaraciones en una carta que dejó en las tantas fugas que tuvo de la cárcel.

Captura Youtube
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Finalmente, el 24 de enero de 1989 Bundy Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica, no sin antes intentar por todos los medios librarse de esa tortura. En ese periodo, le propuso a las autoridades ayudarlos a detectar a otros asesinos en serie.

En su último día, Ted llamó a su madre por teléfono y no quiso comer. A eso de las 7:16 de la mañana fue declarado muerto.