Fue en 2003 cuando José Javier Salvador Calvo recibió una condena de 18 años de presidio, por el crimen de su exesposa Patricia Maurel, madre de sus tres hijos, a quien asesinó con diez disparos.

En ese entonces, el hombre se entregó a la Policía de La Puebla de Híjar en España, declarando que había actuado motivado por la “humillación” que le provocó su esposa, quien supuestamente mantenía relaciones con otros hombres a través de internet, cartas y mensajes de texto.

Al ser formalizado por este crimen, el constructor fue defendido por la abogada Rebeca Santamalia Cáncer, quien justificó la acción de Salvador, señalando que cuando asesinó a su esposa, “estaba bajo un impulso incontrolable, que le impidió manejar su voluntad”.

Mediante una estrategia legal, Santamalia logró que Salvador pasara sus últimos años de condena en libertad condicional. Pero al parecer, la relación de abogada y representado comenzó confundirse.

El Mundo
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Fuentes de la investigación aseguran que entre ellos existía un vínculo amoroso, el cual se concretó en 2017, cuando Salvador quedó en libertad, tal y como especifica el diario El Mundo.

Sin embargo, este romance oculto terminó de la peor manera. Así quedó evidenciado cuando la madrugada del pasado viernes, se encontró el cuerpo sin vida de la abogada en la casa donde residía Salvador, en la ciudad de Zaragoza.

Santamalia fue hallada cerca de las 04.20 de la mañana en medio de un charco de sangre con “evidentes signos de arma blanca”, explicaron fuentes de la investigación al medio antes señalado.

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El macabro crimen quedó al descubierto luego que el esposo de Santamalia llamara a la policial el jueves pasado, para denunciar la desaparición de su mujer. Tras investigar el entorno de la víctima, dieron con el domicilio de Salvador.

Una patrulla de la Policía Nacional identificó al sujeto caminando por el nuevo viaducto de la ciudad. Al percatarse que era vigilado, comenzó a correr y en su desesperación se lanzó al vacío, muriendo instantáneamente.