El Ministerio de Hacienda, en conjunto con el Banco Mundial, concretó la contratación de un seguro contra terremotos para Chile.

En específico, por medio del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, el Gobierno logró cerrar esta iniciativa anunciada a fines de febrero.

Esta operación tiene por objetivo cubrir el impacto financiero que este tipo de eventos telúricos de alta intensidad podrían generar en el manejo de la política fiscal. Si bien son poco frecuentes, significan un peligro en el nivel de deuda pública de Chile.

El costo de este seguro contratado con el Banco Mundial, consta de una prima anual que alcanza un 4,75%, con una cobertura de US$ 630 millones.

Este seguro permitirá a Chile recibir pagos indemnizatorios preestablecidos por hasta el máximo de la cobertura. Desde luego, solo ante la ocurrencia de determinados eventos sísmicos parametrizados de alta intensidad que causen un daño material al país y a las finanzas públicas.

Por ejemplo, si un sismo es mayor a un umbral particular y tiene lugar en una determinada zona y profundidad, el seguro prevé un pago específico asociado al evento que, en promedio, suceden aproximadamente cada 70 años.

Seguro contra terremotos: “Nuevo paso hacia finanzas públicas mejor protegidas”

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, destacó la importancia de este seguro contra terremotos, señalando que refuerza el compromiso del Gobierno con la responsabilidad fiscal.

“Esto constituye un nuevo paso hacia unas finanzas públicas mejor protegidas y resilientes ante eventos de catástrofe natural de gran magnitud, como puede ser un terremoto“, explicó.

Además, añadió que este plan “es parte de una estrategia integral que refuerza nuestro compromiso con la responsabilidad fiscal, lo que ha sido destacado por distintos agentes locales e internacionales”.

Asimismo, agradeció al Banco Mundial por su apoyo en la transacción. “La movilización de capitales para el manejo de riesgo catastrófico constituye una pieza clave en el apoyo de nuestra estrategia integral”. Esto, “contempla además la disponibilidad de recursos en el Presupuesto Nacional para eventos de mayor frecuencia pero de menor costo fiscal”.

En esa línea, agregó que también trae consigo “la creación de un Fondo para Desastres Naturales (Foden). Actualmente, está en discusión en el Senado para aquellos sucesos de menor periodicidad”. Esto, sin embargo, “con un impacto algo mayor en las finanzas públicas”