En 1997 Mea Culpa estrenó el emblemático capítulo En un pueblo del sur, que cuenta la historia de Juana Candia Donoso, oriunda de Ñiquén, ahora comuna de la región de Ñuble.

Esta mujer sufrió innumerables episodios de violencia a lo largo de su vida. Uno de los más fuertes ocurrió a sus 14 años, cuando fue violada por un hombre, que terminó siendo su marido tiempo después.

Sus padres, arraigados a las costumbres campestres de aquella década, se enteraron de que su hija había quedado embarazada de este sujeto, así que la obligaron a casarse, para que no se convirtiera en una ‘madre soltera’ a tan corta de edad.

Con el paso del tiempo, Juana construyó una ‘familia’ con Juan Antonio, con quien tuvo varios hijos. El sujeto en reiteradas ocasiones golpeó a su esposa e incluso agredió a uno de sus hijos, quien murió por una contusión en su cabeza.

La violencia llegó a tal punto, que la mujer, harta de las agresiones, decidió defenderse para evitar una tragedia. Su acto terminó con la muerte de su victimario y con ella en la cárcel, condenada a 10 años por homicidio en 1994.

Lo increíble del caso fue que tras ser dado a conocer por Mea Culpa, diversas organizaciones feministas lograron que se indultara a Juana, quien pudo salir de la cárcel en 1998, al comprobarse que su actuar se debió a legítima defensa.

El reencuentro de Carlos Pinto y Juana Candia

En 2019, a más de 20 años de la entrevista en Mea Culpa, el periodista se reencontró con la víctima en el matinal Contigo en la mañana de Chilevisión.

De sorpresa, el comunicador llegó a su casa en Ñiquén. “Quería verlo para agradecerle todo lo que hizo, tantos años… siempre preguntaba por usted”, dijo la mujer entre lágrimas.

Luego, recordó el día que dio muerte a su marido. “Estaba nerviosa, no tenía nada en mi pieza para defenderme. Él pensaba que estaba encerrada con un hombre, pero estaba con mi hijo”.

“Andaba con un hacha, decía que tenía que matarme a mí y a mi hijo. Después intentó entrar por la ventana, cuando tenía la mitad del cuerpo adentro le pegué con el cuchillo para asustarlo, en ningún momento era para que se muriera”, lamentó.

Tras detallar los crudos episodios de violencia, la señora Juanita trajo a la memoria el momento en que se reencontró con sus hijos, tras dejar la cárcel por un indulto del expresidente Eduardo Frei.

“Estaba la calle llena aquí, esperándome. Cuando me vieron me abrazaron, el mayor hasta lloró. Me echaban de menos, a veces no comían”, narró.

“Ahora salgo para donde quiero, llego cuando quiero y a nadie tengo que decirle para donde voy. Ya no hay sufrimiento… vivo acá con mis hijos”, continuó.

Por último, Juana reconoció: “No me encuentro culpable, tampoco siento pena ni lástima por lo que pasó. Era la vida mía con la de mi hijo o la de él, uno de los dos tenía que joder, le tocó a él. Estuvo malo, pero fue para mejor”.