Pola Álvarez, enfermera de la Clínica Cordillera de Las Condes que fue apuñalada en once ocasiones, entregó su testimonio en conversación con el matinal Mucho Gusto de Mega.

Tras ser operada, y estar varios días internada en el mismo recinto de salud, la profesional recibió el alta médica, para comenzar su recuperación.

“Me siento mejor, ya no tengo labilidad emocional, ni susto de contar mi historia. Es necesario visualizar lo que ocurre a nivel nacional en todos los trabajos, porque pasa de ser un acoso laboral, a uno personal“, reflexionó.

En ese contexto, admitió que recién en estas últimas semanas ha podido dimensionar la cobertura nacional que ha tenido su caso.

Con respecto al ataque que sufrió aquel 26 de junio, Álvarez señaló que fueron puñaladas que le ocasionaron lesiones en sus órganos vitales. “Tengo el abdomen con cortes muy profundos”, dijo.

“Estuve cuatro días sin movilizarme de mi cama, con riesgo vital. Uno de los once cortes llegó muy cerca del corazón, e iba directo a él para quitarme la vida“, añadió.

“Tengo rabia, es innegable, y quiero que se haga justicia. Por otro lado, tengo pena. Siento que no merecía las marcas que voy a tener por el resto de mi vida en el cuerpo“, dijo la profesional.

Aun así, destacó que debe ser fuerte por su familia. “Tengo dos hijos que me ven. No puedo echarme a morir, porque nosotros no somos chilenos de una clase tan alta, trabajábamos día a día para ello”, enfatizó.

Pola Álvarez: “Patricia Henríquez quiso asesinarme”

Con respecto a la imputada en el caso, Álvarez remarcó que Patricia Henríquez “quiso asesinarme porque la bajaron de rango (en la clínica) y me subieron a mí (…) Yo le daba tiempo a todos, y ella era más autoritaria”.

En cuanto a la relación que tenía con la mujer, señaló que solo se trataba de un cruce administrativo, en el cambio de turno. “Teníamos un saludo muy cordial. Sin conocerme, ella me decía amiga”, recordó.

No fue hasta cuando llegó a su turno, cuando tuvieron más contacto. “Ella ingresó un mes antes que yo, y por antigüedad le dieron la jefatura de turno. La acogimos y hasta ahí parecía todo bien”, agregó.

Sin embargo, con el transcurso de los meses dejó ver su actitud “altanera y prepotente”, desatando una persecución en su contra.