El Senado ratificó este martes el Acuerdo de Escazú. Se trata del primer tratado ambiental de América Latina y el único del mundo orientado a proteger a los activistas ambientales.

Con 31 votos a favor, 3 en contra y 11 abstenciones, el pleno de la Cámara Alta dio luz verde a este proyecto, que el presidente Gabriel Boric solicitó en marzo pasado debatir con urgencia.

“Esta es una votación histórica. Como representantes del Estado de Chile estamos contentos, es un hecho histórico porque Chile vuelve con fuerza al multilateralismo en tiempos en que está puesto en duda, en tiempos de guerra y crisis climática”, afirmó la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola.

“Chile va a ser parte de un acuerdo cuyo eje central es la cooperación en un continente fragmentado y golpeado por la crisis climática. Es fundamental que un país como Chile, con una institucionalidad medioambiental robusta, coopere con estados que no la tienen, así como requerimos de prácticas en defensa de defensores de derechos humanos”, agregó.

Por su parte, la ministra de Medioambiente, Maisa Rojas, dijo que es un “momento para festejar” que se vuelve al “multilateralismo”, para dar soluciones de manera mancomunada.

“Nadie puede resolver la crisis climática o de biodiversidad solo. O lo resolvemos juntos, o no dejamos a nuestros hijos un planeta que sea habitable. Con este tratado se fortalece la democracia ambiental, nos da herramientas para cristalizar el compromiso del presidente Gabriel Boric de que este sea el primer Gobierno ecologista del país”, señaló.

Acuerdo de Escazú ratificado en el Senado

Chile se convierte así en el país número 13 en ratificar el acuerdo, después de Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Uruguay.

El nombre técnico es Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe. Originalmente, fue firmado por 24 países y entró en vigor el pasado abril.

Pretende garantizar el acceso a los derechos medioambientales y proteger a los activistas medioambientales y la biodiversidad en tiempos de emergencia climática.

La participación de Chile en el pacto, impulsado tras la Conferencia de Naciones Unidas sobre el desarrollo Sostenible de 2012, fue planteada por el primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014). Sin embargo, fue desechada durante su segundo período como jefe de Estado por presiones de la industria y la minería.

Gabriel Boric celebró el fin de la tramitación en el Congreso

Una semana después de asumir la presidencia, el pasado 11 marzo, Boric firmó la propuesta de adhesión al tratado internacional.

Esta iniciativa va en la línea con el programa de gobierno propuesto por el presidente, un ex líder estudiantil que impulsa una agenda con acento ambientalista.

“Hoy el Acuerdo de Escazú finalizó su tramitación en el Congreso. Felicito a todas y todos que desde distintos frentes han luchado por la defensa de nuestro entorno y la incorporación de Chile al acuerdo. Seguimos avanzando en democracia ambiental“, destacó el mandatario en su cuenta de Twitter.

Se trata del primer acuerdo del mundo orientado a proteger a los defensores ambientales, siendo América Latina la región más mortífera para estos activistas, según la ONG Global Witness.