A través de un informe, Gendarmería indicó que desde que Nicolás López ingresó a la cárcel Santiago 1, se debió activar el “protocolo de prevención de riesgo suicida”.

Lo anterior, tras su primera entrevista, la cual fue realizada el mismo día que llegó al recinto penitenciario. Durante esa jornada, el condenado por dos delitos de abuso sexual fue enviado al Área Ambulatoria de Salud (ASA) del penal.

Días después fue nuevamente evaluado por funcionarios, donde aquel informe sostiene que “López impresiona con ansiedad generalizada”, según consigna el diario La Tercera.

Con respecto a las conductas del cineasta al interior de la cárcel, los análisis detallan que a ratos se muestra intranquilo, “con alto nivel de angustia y preocupación por posible agresión de internos”.

“Refiere que todos lo reconocen y gritan identificándolo. Señala que está viviendo una situación fuera de todo lo esperado“, agregan.

De igual forma, detallan que le transmitió a Gendarmería “estar preocupado permanentemente por su seguridad, dado lo mediático de su caso”.

“La privación de actividades rutinarias a las cuales ha estado acostumbrado, le están generando con rapidez un cuadro angustioso en que no se descartan episodios autolíticos. Provocando un quiebre importante en la capacidad adaptativa”, describe otro de los análisis.

En dicho documento, se hace referencia a la necesidad de adoptar “todas las medidas de seguridad dinámica tendientes a salvaguardar la salud física y psíquica del imputado”.

Cabe señalar que en el recurso de amparo presentado por la defensa de López, su abogada, Paula Vial, fue enfática en señalar que López no puede ser trasladado desde el Área Ambulatoria de Salud (ASA), “para evitar tanto agresiones y extorsiones de otros internos, como a la posibilidad real de autolesión“.