El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) denunció un ataque sufrido por un joven de 27 años, al interior del Gimnasio Coliseo Sarkos de Quilpué, región de Valparaíso.

El hecho se registró el pasado 30 de abril en el sector de las pesas. Ahí, Omar Tapia realizaba su rutina de ejercicios, cuando comenzó a ser hostigado por uno de los clientes por tener las uñas pintadas.

“Un hombre que no conocía me comenzó a molestar con insultos homofóbicos, me discriminó por llevar las uñas de color. Me dijo ‘maricón culiao, córrete, tení las uñas pintadas como las minas. Te voy a matar, te voy a perseguir hasta matarte lacra culiá'”, relató el joven.

Añadió que cuando intentó evitarlo, “me persiguió por el gimnasio con más insultos. En un momento me empujó. Me devolví para pedirle explicaciones, para decirle que cómo se le ocurría empujarme por llevar las uñas pintadas. Ahí me pegó brutalmente sin piedad”.

La agresión quedó registrada en las cámaras de seguridad, donde se observa que el joven es empujado y agredido con golpes de puño y una patada, sin que nadie del gimnasio interfiriera.

“El personal no hizo nada para parar al agresor. Había 4 entrenadores de testigos y ninguno hizo nada. Todos estaban con los brazos cruzados cuando, después de agredirme físicamente, el hombre me perseguía por todo el gimnasio con una pesa de 15 kilos para partirme el rostro en pedazos”, señaló el afectado.

“En ningún momento me sentí respaldado ni apoyado por el personal, únicamente por la recepcionista. La seguridad del gimnasio es nula. Estuve dos horas esperando a carabineros y nunca llegaron. En la recepción, el agresor incluso me amenazó de muerte, diciendo que me partiría el rostro al salir del gimnasio, que esperaría afuera para matarme”, añadió la víctima.

Junto con solidarizar con el joven, el encargado de DDHH del Movilh, Ramón Gómez, calificó de “insólito y brutal lo ocurrido. Por un lado, hay un sujeto que es un peligro público, que se atreve a golpear personas por su orientación sexual o expresión de género y, por otro, la ausencia de carabineros en el conflicto pone una vez más en evidencia que las víctimas LGBTIQA+ no son prioridad para las policías”.

También apuntó a la responsabilidad del recinto “al no garantizar seguridad a sus clientes, y al no asistirlos ni ofrecerles reparación cuando son agredidos e insultados por su orientación sexual o expresión de género. Este gimnasio debe dar disculpas públicas y reparar el daño causado. Le hemos enviado una carta y, mientras esperamos su respuesta, estamos evaluando qué acciones cursar”, finalizó Gómez.

Mientras que el gimnasio compartió a través de sus redes sociales un comunicado. “Rechazamos todo tipo de violencia tanto dentro de las instalaciones como fuera de estas, ya que nuestra misión es entregar un lugar que permita practicar deportes o hacer ejercicio con los estándares de seguridad para la tranquilidad de nuestros clientes”, expresaron.