El hallazgo del cuerpo de un niño violado y estrangulado en un sitio eriazo de Santiago en 1954, dejó en evidencia la serie de crímenes de Francisco Varela Pérez.

En ese entonces, el sujeto nacido en Hierro Viejo, Coquimbo, se convirtió en uno de los asesinos más aterradores de la crónica roja nacional de la época.

Asimismo, su macabro actuar y deplorable aspecto dieron origen a la popular historia del “viejo del saco”, la cual sigue formando parte de la cultura popular de nuestro país.

De acuerdo a los antecedentes, el hombre de 52 años que vivía en situación de calle, estrangulaba a sus víctimas con la mano izquierda, ya que la derecha la tenía mutilada. Según confesó a la policía, cometía entre uno y dos ataques sexuales al mes.

El último crimen del “viejo del saco”

Sin embargo, sus crímenes no salieron a la luz hasta que se encontró el cuerpo de Luis Vergara Garrido, un niño de solo 6 años.

Aquel 16 de abril de 1954, el pequeño escapó de la violencia intrafamiliar que se desarrollaba en su hogar. No obstante, esa decisión le costó la vida.

Según datos del Poder Judicial, en un paradero del antiguo barrio industrial de Santiago, el niño fue violado y asesinado por un desconocido.

En esa instancia, se hallaron uñas y cabellos en la ropa de la víctima, lo cual fue crucial para identificar al culpable. Los análisis determinaron una particular característica: solo había utilizado la mano izquierda para cometer el ataque.

Francisco Varela
Archivo

De ese modo, la Policía de Investigaciones comenzó a arrestar a varias personas en situación de calle en el barrio Carrascal, en Quinta Normal.

Fue durante ese transcurso, cuando un joven de 17 años denunció que un sujeto que le faltaba la mano derecha, había intentado violarlo. Con ese dato crucial lograron capturar al sujeto que era conocido en el sector como “el manco Varela”.

Condenado a muerte

Si bien al principio negó los hechos, más tarde confesó el crimen, y reconoció que “el vino lo excitaba” y había violado a más de 20 personas.

Nunca se pudo determinar el número real de sus víctimas, ya que el sujeto estaba constantemente emigrando a diferentes ciudades del país.

Luego de dos años de juicio, los tribunales condenaron al denominado “viejo del saco” a la pena de muerte.