A casi dos años de que el cuerpo de Helena Bustos hubiera aparecido con 21 puñaladas flotando en el río Calle Calle, la justicia resolvió que los dos asesinos y las dos autoras intelectuales son igual de culpables y se está pidiendo el presidio perpetuo para los cuatro.

La tarde del 21 de mayo del 2020, apareció el cuerpo de una mujer flotando en el río Calle Calle, cerca del sector Quitacalzón en Valdivia. A pesar de que era irreconocible, se sospechaba que era Helena Bustos, joven que había desaparecido el 27 de abril de ese mismo año.

Si bien las marcas de 21 puñaladas eran prueba evidente de un homicidio, no había ninguna pista para encontrar al o los que cometieran tal acto. Pero un rosario encontrado en las cercanías del sitio del suceso sería una pista clave para hallar al culpable.

Pocos días antes de que se encontrara el cuerpo, la PDI había interrogado a Matías Pereira, de 19 años, amigo de la infancia de Helena, que en esa fecha aún estaba siendo buscada luego de que su familia ingresara una denuncia por presunta desgracia. El joven entregó voluntariamente su celular a la policía para que lo revisaran.

Después de analizar su teléfono, la PDI descubrió que en una de sus fotos, Matías tenía un rosario colgado al cuello idéntico al que habían encontrado, por lo que el 27 de mayo, el joven fue entrevistado por segunda vez y allí confesó que ese rosario era suyo y que actuó acompañado.

Matías Pereira dio el nombre de otras tres personas que luego serían imputadas por el homicidio: Fernando Quevedo, de 20 años; Cecilia Mimica, de 68 y su hija Maggi Filgueira, de 51, según detalla BioBioChile.

Siete millones por una vida

El 28 de abril de 2020 fue el día en que Matías y Fernando asesinaron a Helena, en un lugar solitario a unos 15 kilómetros del área urbana de Valdivia, en el sector de Quitacalzón, frente a Huellelhue.

Pero el conflicto se había desatado el 19 de abril. Helena arrendaba un dormitorio en la casa de Cecilia, pero ese día discutieron y fue expulsada de la casa a las 1:00 am. Desde ese día hasta el de su muerte, Helena se quedó en casa de una persona con las iniciales Y.P.

Después de planear el crimen, Cecilia arrendó un vehículo y se lo entregó, junto a un cuchillo y un celular, a Matías y Fernando. Además, les dio mascarillas, overoles y dinero para poder drogarse previamente. Los dos hombres fueron a buscar a Helena, con el pretexto de que los acompañara a una transacción de droga en Máfil.

Cuando llegaron a un lugar alejado, Matías se sentó tras Helena y le dio el primer corte. Después, Francisco se unió y entre ambos la agredieron con saña. “Quiero que sean crueles”, les había dicho Cecilia, y ellos obedecieron. Además, habían acordado que les pagaría siete millones por el asesinato.

Mientras esto sucedía, Maggi y Cecilia observaban el crimen desde otro vehículo.

En espera de la sentencia

Matías y Fernando confesaron que conocían a Cecilia y Maggi porque trabajaban para ellas desde antes en la venta de drogas y para darles protección. Ambas mujeres eran conocidas por estar involucradas con el narcotráfico.

Si bien hubo una versión que decía que la razón del asesinato planificado fue por el no pago del arriendo, finalmente en la lectura del veredicto, la magistrada Silvana Muñoz solo dijo que el motivo eran “rencillas anteriores”, es decir, un eventual robo de 10 kilos de marihuana.

Los cuatro imputados fueron declarados culpables el 19 de enero de 2022. “El tribunal, en forma unánime, ha decidido condenar a Fernando, Matías, Cecilia y Maggi, como coautores del delito consumado de homicidio calificado”, sentenció la magistrada Muñoz.

La Fiscalía pidió la pena máxima de presidio perpetuo calificado, pero la condena se sabrá en la lectura de la sentencia definitiva el 31 de enero.