El jueves 4 de octubre de 2007, el juez Carlos Cerda ordenó la detención de Lucía Hiriart y sus cinco hijos, además de otros colaboradores.

Los anterior, luego de que ser acusados de malversación de caudales públicos, en el marco de una investigación sobre 27 millones de dólares depositados en el Banco Riggs, donde Pinochet mantuvo cuentas secretas.

Solo Hiriart logró escabullirse de la cárcel al internarse en el Hospital Militar, hasta donde llegó escoltada por coches de la policía, consignó El País.

“Lo que he dictado tiene toda la seriedad y responsabilidad y, sobre todo, el apoyo y la conciencia de que se ha hecho lo que era un deber para todo juez de la República hacer”, afirmó el juez Cerda.

El fallo siguió las operaciones financieras y traslado de fondos desde cuentas fiscales hacia las de Pinochet e incluso personales, en las que participaron los declarados reos.

Los dineros depositados en las cuentas correspondían en la mayoría de los casos a gastos reservados, por lo que no estaban sometidos a control.

De acuerdo a Emol, dos días después de su detención, el sábado 6 de octubre de 2007, los cinco hijos de Pinochet dejaron los lugares donde fueron aprehendidos.

Lucía, Verónica y Jacqueline fueron las primeras en lograr la libertad, tras ser notificadas de la decisión tomada por la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones, que benefició a las 22 personas detenidas por orden del juez Cerda.

Ellas se encontraban recluidas en el Centro de Orientación Femenina ubicado en Prat 20, comuna de San Joaquín.

Poco después, hicieron lo propio Marco Antonio y Augusto, quienes estaban en el centro penitenciario Santiago Uno.

Tras ser dejados en libertad, los hijos de Pinochet se dirigieron a visitar a su madre, quien se encontraba internada en el Hospital Militar.