Una entrevista calificada como una de las más fuertes fue la que se vio este jueves en Mea Culpa, donde Carlos Pinto entrevistó a Cebastián Cuevas, un ciudadano dominicano perteneciente a la peligrosa banda delictual “El coro de la leche”.

Allí, el integrante de la banda que perpetraba violentos asaltos en Santiago Centro, se refirió al asesinato de la abuela de su amiga que cometió en 2018, luego de que ella lo contratara por 60 millones de pesos.

En ese sentido, el criminal aseguró que él inició de muy pequeño en el ambiente delictual, precisamente cuando tenía 10 años. “Me acuerdo que fue en el Parque de los Reyes y ese día estaba con un compañero dominicano. En la calle consumía falopa, marihuana y pastillas. Me gustaba jugar con cuchillos y empecé a ver pistolas”, dijo.

Sobre cómo llegó a perpetrar el sicariato, Cuevas comentó que conoció a la joven que lo contrató “cuando tenía 8 años. Le tengo harto cariño porque siempre estuvo conmigo”.

“Ella me llamó y me dijo que la recogiera en el liceo donde estudiaba (…) fuimos a un parque y ahí me dijo todo lo que planeaba hacer: ‘quiero salir de ella y quiero matarla'”, relató.

Cebastián Cuevas en entrevista con Carlos Pinto en Mea Culpa
Captura | TVN

Y añadió: “Yo le dije que podía hacerlo, pero que primero me dijera de cuánto estábamos hablando, y ella me confesó que había 60 millones de pesos en la casa”.

Ante la propuesta, Cebastián manifestó que decidió cometer el crimen con un compañero que recién había salido de la cárcel, quien aceptó su propuesta y ambos llegaron hasta la casa de su amiga.

El día del crimen

“Ella tenía todo listo cuando llegamos, incluso tenía la puerta de la señora abierta. Su abuela estaba durmiendo, pero se despertó”, relató Cuevas, quien asfixió a la mujer con ayuda de su compañero.

Tras hablar del crimen, Carlos Pinto le consultó si aquella mujer se trataba de su primera víctima, a lo que respondió: “No es mi primera ni la segunda tampoco (…) bajo tierra tengo como seis finados”.

Ante la confesión, el conductor de Mea Culpa le consultó si asesinar a la abuela de su amiga le había provocado algún sentimiento, aseverando Cebastián: “No sentí pena”.

Cabe mencionar, que Cuevas cumple una condena de presidio de 15 años y su compañero de sicariato de 16, ambos por homicidio calificado.

En tanto, la mujer que los contrató actualmente tiene 19 años y recibió la pena de 7 años y 183 días a régimen cerrado en un recinto del Sename.