Visibilizar el fenómeno considerado en múltiples casos como un mecanismo válido para la resolución de conflictos y contribuir con su prevención y eliminación, son los principales objetivos de la moción que establece el 7 de febrero de cada año como el Día Nacional por la “No Violencia en el Pololeo”, que recientemente contó con el respaldo del Senado y quedó en condiciones de convertirse en ley.

El senador Jaime Quintana, presidente de la Comisión de Educación, precisó que la moción avanza “como una manera de concientizar a la sociedad, en especial a los jóvenes, para visibilizar esta realidad (…)”.

Quintana indicó que se busca que se convierta en “un hito en la sociedad chilena para eliminar la naturalización de la violencia en el pololeo, vale decir en parejas sin convivencia; además de generar un espacio que sirva para materializar distintas campañas”.

Caso de Antonia Garros

El día propuesto, 7 de febrero, es para recordar la muerte de Antonia Garros, víctima de este tipo de violencia.

Recordemos que la justicia declaró culpable a quien fue su pareja, Andrés Larraín, por agredirla en diciembre de 2016, solo dos meses antes de que esta perdiera la vida al caer del departamento del condenado.

Además, en julio pasado, la Corte Suprema ordenó indemnizar con $15 millones al padre de Antonia por negligencia de Carabineros, debido a que en el momento del procedimiento funcionarios no aplicaron el protocolo establecido en casos por violencia intrafamiliar.

Más detalles sobre el proyecto

Además de recordar el caso de Antonia Garros, el texto legal indica que el proyecto también se enmarca en el mes de la celebración del Día de los Enamorados, “en donde el comercio y los medios de comunicación le dan una mayor cobertura a esa fecha”.

La iniciativa se plantea “sobre la base de que la violencia en el pololeo adolescente se encuentra subvalorada, porque se parte de la falsa percepción que las y los jóvenes están más protegidos, informados y conscientes de sus derechos”.

“Sin embargo, al seguir vigentes en nuestra cultura formas de relacionarse, pautas de comportamiento, valores y creencias que desvalorizan a las mujeres e impiden su autonomía, cuesta reconocer y diferenciar hechos que constituyen tipos de violencia, de actos legitimados socialmente, lo que evita el autocuidado y genera que las experiencias negativas cada vez se produzcan a más temprana edad”, señala el texto.