Impacto a nivel mundial ha generado el caso de James Alex Hurley, niño de 12 años que fue torturado hasta la muerte por sus propios abuelos en el estado de Montana, en Estados Unidos.

Todo ocurrió tras la muerte de sus padres, cuando el menor de edad tuvo que irse a vivir con su abuelo James Sasser. Allí fue víctima de torturas y abusos por parte de varios miembros de su familia.

En este contexto, en febrero del año pasado el cuerpo del niño fue hallado con múltiples contusiones y heridas. De ese modo, el pasado lunes el abuelo se declaró culpable del hecho, según consigna la revista People.

Asimismo, se detuvo a otras cinco personas, cuatro de ellas eran miembros de la familia: la esposa del abuelo, Patricia Batts; su hijo de 14 años, James Sasser III; su hija de 18, Madison, y Gage Roush, un sujeto externo.

Patricia no es juzgada todavía, pero está acusada por el delito de homicidio deliberado, secuestro, negligencia infantil criminal y estrangulación del niño.

En el caso de la mujer, los abogados buscarán la pena de muerte, mientras que para el abuelo, 100 años en prisión por el delito de homicidio deliberado.

Cabe señalar que de acuerdo a los documentos de la corte, los acusados tenían videos de ellos mismos insultando al menor de edad, echándole agua, asfixiándolo y pegándole con un remo y otros objetos.

Consultados por las graves lesiones que presentaba el niño, en un principio los detenidos aseguraron que él mismo se las autoinfligia. Sin embargo, las pericias forenses arrojaron conclusiones muy diferentes.