En 2012, Eduardo Rodríguez, fue condenado a ocho años de cárcel por violación y cuando llevaba seis, solicitó su libertad condicional por buena conducta.

Si bien la Corte de Apelaciones la rechazó, más tardela Corte Suprema aprobó el beneficio, aun cuando el informe de Gendarmería recomendaba que no se le concediera, tal como ocurrió con Hugo Bustamante, quien hoy está acusado de haber asesinado a la adolescente Ámbar Cornejo.

Y tal como él, Rodríguez volvió a cometer el mismo delito, pero esta vez en tres ocasiones. Luego que en diciembre de 2018 se firmara su libertad, a los 11 meses violó a dos niñas y a los 22 meses violó a una mujer.

Actualmente se encuentra en prisión preventiva, y las familias de las víctimas cuestionan la entrega del beneficio, pues no se consideró el informe de Gendarmería.

Las dos menores de edad -de 15 y 13 años- eran amigas y Rodríguez las habría interceptado en una calle cerca del Templo Votivo de Maipú, haciéndolas entrar a una casa por una ventana, para luego trancar la puerta con un mueble y proceder al ataque. Todo esto apuntándolas siempre con un arma de fuego, según relató a CHV Noticias, la madre de una de las víctimas.

Tras un año de pericias para dar con la identidad y paradero del agresor, la mujer pidió la información por Transparencia, y ahí recién se enteró del nombre del sujeto y que estaba preso por otra violación efectuada en la comuna de La Granja.

Este delito fue contra una mujer a quien luego de atacarla, obligó a retirar plata de un cajero automático, simulando ser una pareja. No obstante, la víctima logró pedir ayuda y Rodríguez salió arrancando. Más tarde lo pillaron por un tatuaje que tiene en uno de sus brazos.

Informe de Gendarmería

Cuando el hombre llevaba seis años de condena por el delito de violación de 2012, contra una joven madre en su domicilio de la comuna de Maipú, solicitó el beneficio de libertad, el que en primera instancia fue denegado por la Corte de Apelaciones pero más tarde aprobado por la Suprema.

En este contexto, se ignoró un informe de Gendarmería, en el que se recomendaba que no se aprobara el beneficio. “Sujeto con disminuida conciencia del delito y del daño causado a sus víctimas (…) posee dificultades para reconocer algún tipo de problemática en su actuar, por tanto las posibilidades reales de cambio se encuentran en desmedro“, se lee en parte del documento.

Asimismo, detallan que “se observa un comportamiento inestable, impulsivo y violento ante situaciones con alto contenido de estrés, por sobre todo en el área de las relaciones interpersonales, evidenciando además un bajo umbral de tolerancia a la frustración”.

Por último, el informe resuelva que el condenado “carece de elementos necesarios para la puesta en libertad ya que presenta factores asociados a falta de motivación para el cambio de hábitos, baja empatía, disminuido control de impulsos y carentes habilidades para resolver conflictos, factores altamente riesgosos y que se deben considerar al momento de determinar el otorgamiento de dicho beneficio”.

La madre de una de las víctimas, cuestionó el beneficio. “Es algo irrisorio que pase en este país. A las niñas no les debería haber pasado esto.