Fue el 27 de abril cuando Tomás Antonio Gimeno, y sus dos hijas, Anna y Olivia, zarparon desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife en una lancha de su propiedad.

Lamentablemente el jueves pasado la Delegación del Gobierno en Canarias informó sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de una de las niñas, el cual se encontraba atado al ancla de la embarcación.

Según los antecedentes, el hombre de 37 años llevaba tiempo separado de Beatriz Zimmerman, la madre de Anna y Olivia. Aquel día, Gimeno llamó por teléfono a su expareja, amenazándola con que nunca más volvería a ver a sus hijas.

El último mensaje

En este contexto, recientemente la jueza a cargo del caso publicó los mensajes que el padre le envió a Beatriz , previo a la desaparición de las niñas.

“No puedo permitir que crezcan sin mí. Por fin estaré bien y como quiero. Las niñas estarán bien conmigo porque tengo dinero suficiente para vivir“, le advirtió, según recoge el diario electrónico El Mundo.

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Crimen planificado

Por otra parte, la magistrada apunta a que “Tomás les dio muerte de forma planificada y premeditada para provocar un inhumano dolor a su expareja”.

Cabe señalar que el sujeto habría asesinado a Anna y Olivia en su casa ubicada en Igueste de Candelaria. Allí el hombre pasó cerca de dos horas solo con las niñas.

De acuerdo a lo indicado por la magistrada, en el inmueble las habría matado de manera “violenta” para después envolverlas en toallas y meterlas en bolsas de basura. Posteriormente las introdujo en dos bolsos de deporte que guardó en su maletero.

Finalmente la jueza detalló que el plan de Gimeno fue “atroz”, y su objetivo era infringirle a Zimmerman “el mayor dolor que pudo imaginar”.