El nombre de Humberto Maturana es por lejos uno de los más destacados en la área de la ciencia nacional. Por lo mismo, este sector llora este jueves 06 de mayo luego que se confirmara que falleció a los 92 años.

Maturana fue biólogo, filósofo y escritor chileno, y en 1994 fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias, por lo mismo es considerado como uno de los intelectuales más influyentes del país.

Por ahora se desconoce el motivo del fallecimiento de Humberto, pero ya en redes sociales han lamentado su partida.

La Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, confirmó la noticia en Twitter, y dando cuenta que Maturana “dedicó su carrera a la investigación científica”.

Estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y en 1954 ingresó a la University College de Londres para dedicarse a la anatomía y neurofisiología, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller.

Luego alcanzaría el grado de Doctor en Biología, tras estudiar en la Universidad Harvard, en Estados Unidos.

Tiempo después regresó a Chile, en 1965, para dedicarse hasta el 2000 como Profesor Titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias.

Fue entre 1968 y 1969 que estrenó el concepto de ‘autopoiesis’ que le dio fama mundial y que hace referencia al concepto de la ‘creación o producción’. Años después lanzaría el libro Autopoiesis and Cognition: the Realization of the Living junto al biólogo Francisco Varela.

Debido a su destacada labor, en 1994 fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias por su trabajo centrado en la percepción visual en vertebrados y por sus planteamientos acerca de la teoría del conocimiento, del área de las Ciencias Biológicas.

En abril pasado, en una entrevista con La Tercera dijo que “es absolutamente legítimo decir hasta aquí vivo. Yo, Humberto Maturana, quiero escoger el momento en que voy a morir, no quiero ser una carga, no quiero generar daño y no quiero contribuir al crecimiento de la población, porque es dañino para todos. El modo de vida del ser humano ha sido absolutamente destructivo”.