Víctor Allende, Guido Gallardo, Luis Romero, Marcia Tapia, Leonidas Pannes, Pedro Bustamante, Rodrigo Manino y Carlos Rivas Angulo, son las ocho víctimas del denominado ‘asesino serial de Meiggs’, Diego Ruiz Restrepo, colombiano que hoy permanece detenido a la espera del fin de la investigación.

Todos estos crímenes ocurrieron entre marzo y diciembre de 2020. El sujeto apuñaló a estas ocho personas, siete de ellas en situación de calle y la octava corresponde a un joven de nacionalidad colombiana que se ganaba la vida como malabarista en la calle.

Para comprender el modus operandis del sujeto y determinar si es imputable o no, el Ministerio Público solicitó un informe psicológico de Ruiz Restrepo al Servicio Médico Legal (SML), al que la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío tuvo acceso y detalló.

Respecto a su disposición a ser evaluado, el informe revela que “presenta una baja capacidad de cooperación en la evaluación por lo que no es posible confirmar o descartar consumo abusivo de alcohol, el cual sin embargo no afectaría su responsabilidad penal (…) no se evidencian fallas de memoria sino más bien una actitud activa de simular una condición de alteración mental”.

En el documento, firmado por la doctora Paola Miguel Sepúlveda, se detallan una serie de declaraciones del imputado que van desde “curar males de brujería” y ser “muy bueno” en las artes amatorias hasta incluso señalar que no tiene defectos y que las ocho víctimas se hirieron a sí mismas.

“(…) soy una persona quieta, soy tranquilo, hablo lo necesario, siempre he sido bueno, me decían Jesús, por lo bueno, por lo calmado y callado (…) desde los 16 años (…) conocí la iglesia (…) iba los domingos, se llama San Joaquín, es una parroquia que queda en el barrio, soy cristiano”, apuntó.

Cuando los legistas lo inquirieron por los homicidios que se le imputan, Ruiz Restrepo dijo que de pronto la memoria le juega malas pasadas.

“(De) todo eso no me acuerdo de esas cosas, porque en realidad no estaba mucho tiempo en la calle, no me acuerdo, si alguna cosa pasó no fue mi intención, no quiero, no quise y yo soy lo que he sido, no sé qué pasó, tal vez no soy yo (…) a veces me siento confundido porque me están acusando de cosas que no soy yo”, declaró.

En esa línea, Ruiz Restrepo dijo que la justicia tiene que hallar al verdadero culpable de esos crímenes. “Se hirieron ellos mismos, es difícil porque a pesar de todas las cosas no me culpo ni a mí ni nadie, sino que Dios sabrá lo que hacen y ustedes me arruinaron la vida completa a mí y a mi familia”, dijo.

“Me tocará seguir el juicio y la palabra de Dios o (me) termine suicidando o me quede toda la vida… sería difícil porque con el tiempo de encierro y la nostalgia los gritos lo entran agobiando a uno, yo sé que no existe un Dios permisivo que permita eso (suicidio), las personas que hacen eso van al infierno”, agregó.

Día de la detención

El día de su detención, el 8 de noviembre de 2020, el hombre dijo que había bebido dos latas de cerveza, se emborrachó y dio a entender que cuando eso pasa pierde el sentido de realidad. Sus dichos fueron cuestionados por los profesionales del SML.

“No comprendo por qué tomo tanto y sé que me porto mal, me desubico, no puedo decirle porque me estaría culpando de algo que no sé; si pierdo el sentido no soy yo”, expresó.

Según los médicos, Ruiz Restrepo no se mostró colaborativo con la entrevista y destacaron su “frialdad de ánimo”, sin embargo, estimaron que el imputado mantiene el juicio de realidad “conservado”.

“Presenta un nivel intelectual normal y no se evidencian fallas de memoria, sino que presenta una actitud activa de simular una condición de alteración mental”, concluyeron.

Un informe psicológico complementario, entrega detalles de su infancia, la que Diego detalló como “alegre, buena, sana y feliz”. También dijo que era un buen alumno y se llevaba muy bien con sus compañeros y profesores.

“(Era) un niño muy inteligente, muy atento y me llevaba muy bien con los otros niños, con los profesores, con todos (…) tenía fracturas por jugar, trepaba en los árboles, me caía del columpio o jugando fútbol, era líder, todos me seguían. Hasta hoy tengo ese carisma con todos. Abrazo a todos con cariño”, aseguró.

Otro declaración que llama la atención, es que según él no tiene defectos. “Yo cambio todo lo que no me gusta, en el nombre del señor Jesucristo, así que defectos no tengo. Yo puedo sanar a la gente por mi propia voluntad. Sano gente que le hicieron maldad o brujería, sé cómo echar fuera lo que los anda rondando para que no vuelva”, dijo.

Tampoco le tiene miedo al COVID-19 y que todo es “sicológico” y entre sus hobbies destacó que le gusta pintar, dibujar y leer la biblia.

La sicóloga Alejandra Rodríguez no descartó que el imputado haya tenido una “intención deliberada por no mostrarse”. En esa misma línea, aseguró que carece de síntomas sicóticos y depresivos y agrega que existe “sospecha de manipulación”.

Querella por la octava víctima

Elsy Angulo, madre de Carlos Rivas Angulo, es querellante en el caso, representada por la abogada Selena Escobar Escalante del estudio Legallianz.

Tras conocer el informe del SML, Escobar destaca que es un avance importante para la investigación, ya que “permite reconocer que, desde el campo de las ciencias empíricas, el imputado tiene pleno conocimiento de la realidad, de su entorno y de las acciones que él ejecuta“.

El plazo de investigación termina a fines de mayo, pero según la abogada, es probable que se extienda, “ya que faltan medios de prueba que se irán incorporando en la carpeta investigativa”.

Respecto a la pena que esperan para Ruiz Restrepo, señaló que “como abogada querellante opino que corresponde la (pena) más grave relativa a nuestra hipótesis de homicidio calificado, debiendo ser presidio perpetuo”.

Revisa el informe completo a continuación.