Tras asumir la investigación de la muerte del pequeño Tomás Bravo, la fiscal regional del Bío Bío, Marcela Cartagena, afirmó que tenía “un antecedente contundente” que sustentaría la teoría del Ministerio Público.

Dicha prueba, sería un peritaje odontológico de 31 páginas que da cuenta de un protocolo de autopsia bucal al cuerpo del niño, por orden del fiscal José Ortiz, realizado el 2 marzo.

El informe firmado por los odontólogos Gabriela Oviedo, Fabiola Serrano y Manuel Maurelia, al que tuvo acceso en exclusiva BioBioChile, certifica lesiones en la boca del niño “atribuibles a terceros”. Asimismo, confirmaría que el niño sufrió abuso sexual previo a su fallecimiento.

Con respecto a la metodología utilizada por los profesionales, especifican que el peritaje se realizó detallando lesiones peribucales, labiales, bucales y dentarias, describiendo los procesos y cada hallazgo.

De ese modo, el reporte presentaría evidencia clave para concluir que hubo intervención de terceros en el deceso de Tomás, y que no se trataría de una “muerte accidental”.

Según aclara el sitio de noticias, el reporte es de carácter privado y solicitado por la Fiscalía. Sin embargo, fuentes de Radio Bío Bío han levantado cuestionamientos sobre su validez.