El arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, dio a conocer un sentido mensaje a propósito de la vandalización de dos iglesias durante el aniversario del 18 de Octubre.

Se trata por un lado de la Iglesia San Francisco de Borja, templo institucional de Carabineros que fue saqueado por manifestantes y donde posteriormente se inició un incendio.

Por otro lado, un violento incendio afecto a la Parroquia la Asunción también ubicada en Santiago, edificio que terminó totalmente destruido.

En este contexto, monseñor Aos dio a conocer un mensaje dirigido hacia los fieles católicos, el que fue grabado en un video que se publicó en YouTube:

Hermanas y hermanos: Paz y Bien.

La violencia es mala, y quien siembra violencia cosecha destrucción, dolor y muerte. Nunca justifiquemos ninguna violencia.

Ya hace un año sufrimos un estallido de violencia que nos causó tanto dolor personal, y tanta destrucción material que pensábamos habría sido una lección amarga y fuerte. Nos ha costado reconstruir las instalaciones, y ha exigido a los más empobrecidos sacrificios e incomodidades constantes; se les hizo la vida más penosa.

Los pobres son los más perjudicados. Esperábamos que no se repitieran esas acciones y esas imágenes. Las acciones violentistas y las imágenes vandálicas las padecemos de nuevo hoy.

Sentimos la destrucción de nuestros templos y otros bienes públicos; pero sentimos sobre todo el dolor de tantas personas chilenas de paz y generosidad. Esas imágenes no solo impactan y duelen en Chile, sino que impactan y duelen en otros países y otras gentes del mundo, especialmente hermanos cristianos.

En estos momentos sé el dolor tremendo de los feligreses de la Parroquia de la Asunción de la Virgen María, y de la parroquia de Carabineros. Sepan y sientan que estamos unidos a ustedes: no perdamos la fe ni la esperanza: el amor es más fuerte, el amor es más fuerte.

A todos ustedes, queridos feligreses de Santiago, a todos ustedes queridos chilenos y gente de buena voluntad y amante de la paz, les suplico: basta, basta de violencia. No justifiquemos lo injustificable. Dios no quiere la violencia.

Nos encontraremos para hacer como comunidad creyente actos de desagravio y de reparación. Ahora los invito a la oración, a purificar nuestro corazón para que no se nos meta ni el deseo de revancha, ni el rencor, ni el odio, ni la violencia.

Hoy, con más fervor, junto a la Virgen del Carmen recemos “Haz de mí un instrumento de tu Paz…”, Benditos los que trabajan por la paz, benditos los que hoy pueden cerrar la jornada diciendo: he trabajado por un Chile mejor, he trabajado construyendo paz.