Debieron pasar cerca de tres años para que la justicia condenara a los responsables del disparo que causó la muerte de Dylan, de 8 años, al interior de un bus del Transantiago en La Pintana, región Metropolitana.

El pasado martes, el Sexto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó a Maikol Vega Jiménez a la pena efectiva de 12 años de presidio como autor del delito consumado de homicidio simple y a Víctor Tillería Gutiérrez a 9 años de presidio en calidad de cómplice.

Los hechos se remontan al 14 de diciembre de 2017, cuando a eso de las 22:00 horas, el menor junto a unos amigos se subieron a un bus del Transantiago con destino a una feria navideña que se desarrollaba en la misma comuna.

Se ubicaron en la parte trasera y presenciaron una discusión entre dos hombres adultos. Luego, en cosa de minutos, una bala ingresó por una de las ventanas e impactó en la cabeza de Dylan, quien fue trasladado hasta un recinto asistencial en el mismo bus que viajaba junto a sus amigos.

El encuentro en la plaza

A eso de las 21:00 horas del 14 de diciembre, Maikol Vega estaba en su casa chateando con unos amigos para juntarse en la plaza de Batallón Chacabuco con El Fundador para fumarse un pito de marihuana y tomar cervezas. Según declaró en el tribunal, previo al encuentro se había tomado 10 de clonazepam molidas en jugo, a eso de las 20:30 horas.

Vistiendo short gris y una camiseta de Colo Colo, y mientras estaba con su amigo, se encontró con un sujeto apodado “El Palillo”, el cual le había disparado uno meses atrás en una pierna y habría tenido amenazada a su familia.

En el lugar ambos se enfrascan en una discusión que se vio interrumpida con el paso de Víctor Tillería en moto. En ese momento, “El Palillo” aborda el bus de la locomoción colectiva del recorrido F-06, donde se movilizaba el menor de 8 años.

La discusión sigue arriba del bus

Ante lo anterior, Vega le dice a Tillería que sigan el bus, alcanzándolo en el paradero de calle Batallón Chacabuco con Soldado Lira. Allí, el primero desciende de la motocicleta y se sube al vehículo de locomoción colectiva.

Una vez al interior, retoma la discusión frente a más de 40 personas. De acuerdo a lo declarado por el propio condenado, El Palillo se para y le dice “no ando pato”, mostrándole un cuchillo, y él le responde “ahí no más, porque anda mucha gente”, bajándose en el paradero siguiente, en Avenida Juanita con Millancura.

Los amigos que acompañaban a Dylan afirman que el menor iba parado en el pasillo de la parte posterior del bus.

tras 3 años condenan a responsables por la muerte de niño baleado en La Pintana
ARCHIVO

El fatal disparo

Cuando Maikol Vega desciende del Transantiago, llega Tillería a bordo de la moto y le entrega una pistola.

Vega se posiciona al costado izquierdo del bus, donde iba El Palillo y efectúa un disparo hacia el interior, impactado en la cabeza de Dylan.

El condenado afirmó que no sabía si el arma era real, y que efectuó el disparo al aire, no directamente al hombre. Según declaro, no pretendía hacerle daño bien, más bien quería asustarlo.

Tras el hecho Maikol Vega y Víctor Tillería huyeron del lugar en la moto. El primero llegó a su casa para luego trasladarse hasta El Tabo, lugar donde fue aprehendido el sábado 16 de diciembre; mientras que el segundo se quedó en el domicilio que compartía con sus padres hasta que fue detenido por detectives de la PDI.

Lo trasladan al hospital

Tras escuchar el disparo, el conductor del bus miró por el espejo retrovisor izquierdo y vio que arrancaba una persona, mientras la gente gritaba que le habían dado un balazo a un niño.

Frente a este hecho, el conductor decidió cerrar las puertas y siguió el recorrido hasta el SAPU ubicado a dos cuadras del lugar. Allí, los pasajeros, incluido el hombre que habría protagonizado la discusión con Vega, bajaron al herido, quien luego fue subido a una ambulancia y trasladado a otro recinto.

La familia se entera

El padre relató en el juicio que Dylan estaba jugando en el pasaje cuando le pidió permiso para ir a la feria navideña con una prima, sin embargo se fue con unos amigos. Pasaron unos minutos y un primo fue a su casa y le avisó que su hijo le había llegado una bala en la cabeza.

La familia se dirigió hasta consultorio Juanita, donde les informaron que el menor sería traslado al Hospital Padre Hurtado, donde fue ingresado al Servicio de Urgencia Pediátrica con el diagnostico de “herida de arma de fuego región parietal, izquierda, solo con orificio de entrada, masa encefálica expuesta, glasgow menor a 8″.

Dada la gravedad de sus lesiones, se dispuso el traslado al Hospital Doctor Sótero del Río.

En el informe del Servicio Médico Legal detallaron que tenía una lesión por una herida de bala, cráneo encefálica, sin salida de proyectil, que ingresó por la región izquierda y golpeó el cráneo en la región frontal derecha por la parte interna, siguiendo una trayectoria hacia adelante ligeramente hacia arriba y de izquierda a derecha de 15 centímetros aproximadamente.

Condena

Con todos esos antecedentes y la declaración de 27 testigos, el tribunal logró establecer, más allá de toda duda razonable, la participación de ambos hombres en la muerte del escolar. A Vega en calidad de autor ejecutor con dolo eventual al efectuar el disparo y a Tillería como cómplice al contribuir en la realización del hecho al facilitar el arma.

En el juicio, Vega afirmó que conocía a Dylan, que jugaba con él, que le regaba cosas, que nunca fue su intención matarlo porque tenía primos de su edad.

El fiscal Rodrigo Chichón destacó que “ambos acusados fueron investigados por la fiscalía Metropolitana Sur, en conjunto con la Brigada de Homicidios Metropolitana, y con la cooperación de la Unidad de Víctimas y testigos de la Fiscalía regional”.

“Durante todo el desarrollo de la investigación y el juicio, la familia del niño recibió el acompañamiento y apoyo de la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos”, agregó.

A través de Twitter, la alcaldesa Claudia Pizarro destacó que tras “una larga pelea se logró sentenciar a dos sujetos que en diciembre de 2017 mataron de un balazo al pequeño Dylan, de 8 años”.

La Municipalidad al igual que la Intendencia Metropolitana fueron querellantes en el juicio.

Para finalizar, indicó que “no siempre hay justicia para los más humildes. Por eso, lo celebramos”.

Si bien la condena de los responsables no le devolverá el pequeño a sus padres, entrega una señal de justicia contra todas las víctimas de balas locas.