Hace unos días, se supo del caso de un obrero de construcción que terminó detenido tras asaltar supuestamente a un conserje en un departamento de Ñuñoa. Si no fuera por unas vecinas, este hombre seguiría tras las rejas.

Estas mujeres lograron comprobar gracias a las grabaciones de unas cámaras de seguridad, que Germán Paredes nunca protagonizó un robo con intimidación, que fue el delito que se le imputó y que lo dejó en prisión preventiva.

Tras 22 días en la cárcel, el joven pudo salir y explicar qué fue lo que pasó esa noche donde se produjo el incidente que lo dejó preso.

“Ese caballero que me denunció, el conserje, conversaba conmigo. Teníamos buena onda. Esa noche le fui a pedir un cigarro y me dijo que no tenía. Reconozco que ese día yo andaba un poco tomado. Pero ojo, que yo no soy de andar tomando. Ese día, como no estoy acostumbrado a tomar, se me subió a la cabeza”, partió relatando Germán.

Con relación a las acusaciones de agresión de parte de este hombre, negó todo tipo de ataque. Además rechazó haber sustraído algún tipo de encomienda desde el edificio.

Nunca hubo agresión o asalto

“Solamente estaba parado conversando con él. Luego él sacó un bate de béisbol y me echó del edificio. Eso se ve en las cámaras. Yo de picado le pegué una patada al ventanal y me fui (…) Al tiro llegaron los carabineros y me llevaron detenido por robo con intimidación”, complementó el trabajador.

Fue así como vivió 22 días en prisión preventiva, que los pasó compartiendo con sus compañeros reclusos con los que jugaba cartas y tomaba mate.

Ahora Germán Paredes está evaluando demandar al conserje por esta situación, pero por el momento, se enfocará en sus proyectos personales.

“Solo quiero seguir trabajando y también terminar el colegio, porque sólo llegué hasta cuarto básico. Después continuar estudiando, para superarme y llegar a ser alguien en la vida. Lo que más quiero es comprarme una casa y tener un lugar donde vivir”, cerró el joven.