En una confesión que dejó helado al tribunal, un exsacerdote francés juzgado en Lyon por pederastia reconoció este martes que durante dos décadas abusó de “cuatro a cinco niños” cada semana, un escándalo que fue ocultado por la Iglesia.

“En la época, a mi entender no cometía agresiones sexuales sino que eran caricias, cariños. Estaba equivocado. Son las acusaciones de las víctimas las que me lo han hecho comprender”, explicó Bernard Preynat, hoy de 74 años, acusado de haber cometido esos actos entre 1971 y 1991, cuando era capellán de los “boy-scouts” en Sainte-Foy-Lès-Lyon, una localidad cercana a Lyon.

Los niños tenían en la época entre 7 y 15 años. Durante todo ese tiempo, el cura Preynat era admirado por los padres de la diócesis, que le confiaban sus hijos sin hacer preguntas, para excursiones dentro y fuera de Francia.

Pero, en 2015 algunos ex “scouts” rompieron el silencio y acusaron ante la justicia a Preynat de tocamientos, besos en la boca y caricias recíprocas de tipo sexual a las que se vieron forzados.

Estos actos habían sido ocultados por la Iglesia católica de Francia, lo que provocó la condena del cardenal Philippe Barbarin en marzo de 2019 a seis meses de prisión condicional.

Barbarin fue condenado por no haber informado a la justicia de los hechos y por haber mantenido al sacerdote en la diócesis hasta 2015, pese a que Preynat ya había confesado sus actos ante sus superiores en 1991.

Barbarin -cuya dimisión fue rechazada por el Papa- ha recurrido esta sentencia.

Estado seglar

Bernard Preynat, que fue reducido al estado seglar durante el juicio canónico al que fue sometido durante el pasado verano boreal, puede ahora ser condenado a una pena de hasta 10 años de prisión.

De pie y rígido en el estrado, Preynat desgranó con voz algo quebrada sus recuerdos.

“Yo sabía que estos gestos estaban prohibidos, que eran caricias que nunca debería haber hecho. Eran a escondidas”, admitió. “Y sí, es verdad, me aportaban placer sexual”, añadió.

Eran “cuatro o cinco niños cada semana”, dijo el excura. “Eso significa casi un niño cada día”, acotó la magistrada que preside las audiencias.

Preynat expresó el lunes su arrepentimiento ante el tribunal, se declaró “culpable” del dolor causado a las víctimas y expresó el deseo de que “este juicio se celebre lo más rápido posible, pues el proceso se inició hace ya cinco años”.