Fue el pasado lunes 11 de noviembre, cuando la diputada de Renovación Nacional por la región de Aysén, Aracely Leuquén, protagonizó un escándalo en un bar de Las Condes, mientras estaba en aparente estado de ebriedad. El polémico hecho ocurrió pasada las 16.30 y fue registrado por las cámaras de seguridad del local.

Según reveló un reportaje de la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, la parlamentaria ingresó sobria al lugar, a eso de las 13.30 horas. Allí pidió un pisco sour y una ensalada en la barra.

3 horas más tarde y con 4 pisco sours en el cuerpo, Leuquén comenzó a gritar que había perdido su cartera y culpó a los empleados del lugar. Asimismo, se mostró muy mareada y apenas podía sentarse en la silla de la barra.

Posteriormente le lanzó papas fritas a los trabajadores de la barra, mientras se tambaleaba. Incluso intentó meterle una boleta en la boca a la supervisora y la tomó del pelo con violencia, por al menos un minuto. “Yo solo atiné a intentar liberarme, tomándole las manos”, relató la afectada, identificada como Katherine Contreras, quien inició acciones legales.

La descontrolada actitud de la parlamentaria tuvo que ser intervenida por varios dependientes. “Preocupó a los empleados del local su cada vez más mayor agresividad a medida que se emborrachaba, ebriedad que iba acompañada, arrojándole comida (papas fritas), tambaleándose en su camino al baño, generando con ello una situación incómoda”, precisan en la acción legal.

“Ante esta situación, debí instruir a los encargados de la barra que no le vendieran más alcohol, pidiéndoles que se ocuparan que no saliera del local, que se llamara a alguien conocido, porque su estado era tal que era un peligro para ella y para nosotros que saliera sola”, detalla Contreras.

De acuerdo al relato de la supervisora, la diputada no quería pagar los alimentos consumidos en el local. “Exigía que la dejaran ir, gritando, alegando que no la podían retener como diputada de la República”, relató.

“Ella repitió su agresión, repitiéndome que comiera de sus migajas, porque como diputada tenía para pagar diez veces, la cuenta (…). Todo (esto) en presencia de clientes y público en general. Fue tal mi shock que me dirigí a otro lugar del bar muy afectada psicológica y emocionalmente por lo sucedido”, describe la afectada sobre la desagradable situación.

Finalmente otra mujer llegó al bar, y esperó sentada a Leuquén. Tras un cruce de palabras, la diputada se retiró mareada del local.