Gran consternación ha generado el crimen de Tomás Acevedo, un joven scout de 17 años que fue encontrado en un sitio eriazo cercano al río Tinguiririca, con 234 heridas cortantes en el cráneo, cuello y tórax.

Una adolescente de 15 años y Ulises Labrín de 23, son los acusados de este homicidio. De acuerdo a la investigación, el sujeto habría cometido el crimen en venganza por una relación sexual que Tomás tuvo con su pareja, la otra detenida, quien dio su consentimiento para matar al joven scout.

A casi un mes del macabro crimen, la policía trabaja en la búsqueda de dos elementos que serían claves en la investigación. Se trata del arma homicida y el celular de la víctima, además del análisis de dos diferentes trayectos realizados por uno de los imputados, tal y como expuso el matinal Muy Buenos Días de TVN.

De este modo, el hallazgo del arma y posteriormente el análisis de las huellas dactilares, determinarían la culpabilidad del imputado. Además esclarecería si la joven de 15 también participó como autora material del crimen.

Por otra parte, la PDI busca el celular de Tomás, el cual habría sido lanzado por Ulises en la carretera, específicamente en el sector de Los Guindos. En el dispositivo se encontrarían conversaciones claves entre la imputada y la víctima.

De acuerdo a las propias declaraciones del acusado, después de haber cometido el crimen, tomó un colectivo en dirección a la comuna de Buin, y en el trayecto se deshizo del celular de Tomás.

“La importancia que tienen estas evidencias, es enviarlas para realizarles las respectivas pericias. El celular por su parte, para poder rescatar toda la información que hay en él: mensajes de texto, conversaciones de Whatsapp”, detalló Juan Reyes, Comisario de la PDI, al matinal de TVN.