Fue en 2013 cuando los medios nacionales dieron a conocer la presencia de una supuesta secta en Antofagasta. Ritos en cementerios, juegos satánicos e incluso suicidios, eran parte de los antecedentes.

Se trataba aparentemente, de un grupo de jóvenes afectados por el bullying, con problemas familiares y personales, que buscaban consuelo y apoyo mutuo en el Portal Galicia, un conocido centro comercial de la ciudad nortina, tal y como mencionaba el medio The Clinic.

Sin embargo, los inicios de esta “secta” se remontaban a la aparición de un extraño personaje que recibía el nombre de “Juan Limón” (lo llamaban así porque decían que era tan feo como chupar esa fruta ácida).

El hombre de contextura delgada, solía vestir una capa negra y lentes oscuros. Llegaba cerca de las cinco de la tarde al portal, precisamente a la hora en que los estudiantes salían del liceo. Con ellos compartía y conversaba temas de interés, como animé y literatura gótica.

Facebook
Facebook

El hombre llamado Juan Francisco Díaz Cuba, poco a poco se convirtió en un confidente y “apoyo” para los jóvenes que se sentían incomprendidos. No obstante, con el tiempo el sujeto comenzó a hundirse en una oscura fantasía.

Obsesionado con la saga de libros Crepúsculo, “Juan Limón” decía ser inmortal y tener genes vampíricos. Sus seguidoras más jóvenes, lo veían como una especie de salvador que les otorgaría la vida eterna.

Contexto | Pexels
Contexto | Pexels

Durante ese tiempo, su actitud se volvió agresiva e intimidante. Además, comenzó a visitar el cementerio todas las semanas, acompañado por un grupo de niñas. A ellas las llevaba a mausoleos subterráneos, donde jugaban a la ouija. “Limón” les decía que eran rituales, pero la gran mayoría de las veces era pura improvisación disfrazada de ocultismo.

Los suicidios

Según los antecedentes presentados en esa época, al menos 75 menores de edad participaron del grupo que funcionaba en la playa y en un centro comercial de la ciudad nortina.

No obstante, el caso salió a la luz con el suicidio de dos jóvenes. Tanto Nayaret como su amiga Gigi se ahorcaron en sus casas, mientras que un tercer joven se salvó debido a que se le cortó la cuerda.

Ambos casos habrían estado vinculados, ya que una de las víctimas, tenía dibujado en su rostro la pirámide con un ojo en su interior, mientras que la otra tenía el mismo símbolo estampado en la pared de su habitación.

“Nos dijo que si no nos suicidamos, él iba a hacer justicia con su mano, nos iba a matar. Era el líder, decía que era nuestro profesor”, declaró en ese entonces a 24 Horas, el adolescente que sobrevivió.

Desvinculado

Tras realizarse la investigación, Juan Díaz Cuba, negó su participación en los hechos y su vinculación con los suicidios no pudo ser esclarecida. De este modo, las muertes de las adolescentes pasaron a no ser constitutivas de delito.

Captura CHV
Captura CHV

“Yo no tengo nada que ver con eso y no tenía idea que había una secta acá. Me están inculpando por algo que ni siquiera hice”, señaló Díaz en entrevista con Chilevisión Noticias. Además, aseguró que no conocía a las niñas que se suicidaron.

“Yo antes me vestía de negro de los pies a la cabeza, pero cuando conocí a mi pareja dejé eso”, relató en ese entonces, desvinculándose de aquel popular personaje que merodeaba las calles de la capital nortina. El caso pasó a la historia como un misterio que nunca se llegó a esclarecer.