Una pelota de golf pesa 45 gramos y tiene un diámetro de 4.3 centímetros. Sin embargo, puede convertirse en una verdadera arma mortal cuando es golpeada con el palo y alcanza hasta 300 kilómetros por hora.

Este miércoles, el portal de noticias New York Post dio a conocer un trágico accidente ocurrido en el estado de Utah, en Estados Unidos. Aria Hill, de seis años, acompañaba a su padre a jugar golf cuando de pronto la pelota lanzada a toda velocidad por su progenitor, la golpeó en la cabeza, provocándole la muerte.

La menor se encontraba sentada en un carrito de golf al costado izquierdo de la cancha en donde estaba jugando su padre. El hombre ejecutó el lanzamiento que más lamentará en su vida; la pelota le llegó en la nuca a su propia hija y compañera.

Tras el potente impacto que recibió la niña, ésta tuvo que ser trasladada al hospital más cercano en estado crítico. Allí, falleció tan sólo unas horas después, de acuerdo con la información entregada por el medio.

Aria siempre acompañaba a su padre al campo de golf para verlo jugar. “A ella le encantaba y lo pasaba bien con todo. Era algo realmente importante para ellos y que lo hacían todo el tiempo”, afirmó un tío de la menor.

Steven Marrett, el hombre a cargo de la cancha aseguró si bien había sido testigo de personas recibiendo impactos de pelotas de golf en otras oportunidades, jamás había sabido de un caso en que esto ocasionara la muerte o alguna herida.

Cabe destacar que a través de la plataforma GoFound Me se hizo una campaña para recaudar fondos para financiar el funeral de la pequeña. Este miércoles por la mañana ya se había conseguido más de la mitad de la meta.