Sin dudas fue uno de los casos policiales más horrendos del último tiempo en Santiago. Se trata de Estefanía Martínez, quien fue encontrada muerta y calcinada al interior de una maleta cerca de la Plaza Baquedano.
Su presunto victimario, Frank Pizarro, fue detenido al día siguiente. Su captura se produjo gracias a la identificación vía video, donde se le ve trasladando la maleta que contenía el cuerpo de Estefanía Martínez, mujer en situación de calle conocida popularmente como ‘la bailarina del bella’ porque solía bailar en las calles del barrio Bellavista.
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Pizarro, en tanto, también vivía en la calle. De hecho, su vida está marcada por haber dejado los estudios en la enseñanza básica y por pasar por prolongados periodos de tiempo viviendo en la vía pública, como también en la cárcel.
Frank Pizarro (45) ha pasado alrededor de 17 años privado de libertad según informó La Segunda. Siete de ellos se debió a una condena por un homicidio ocurrido en 1992, en pleno paseo Ahumada. El individuo acuchilló a un hombre que piropeó a su polola.
Luego, pasó otros cinco años por robar una guitarra a un estudiante arriba de un bus del Transantiago, y tres más por asaltar una tienda en calle Merced con un cuchillo.
Antes de la prisión preventiva que cumple actualmente por el crimen de Martínez, entre diciembre de 2016 y abril de 2018 estuvo privado de libertad luego de ser detenido por comisarios de la PDI cuando atacaba a una ciclista.
El citado vespertino relató que, en aquella ocasión, Pizarro había tomado whisky con melón y la mujer casi lo atropelló, generándose una discusión entre ambos. Todo terminó cuando él intentó quitarle la bicicleta.
En su defensa, el hombre señaló que no quería robársela, sino que tirarla hacia la calle. La Fiscalía pidió 10 años de condena en su contra, pero la solicitud fue rechazada.
Mientras cumplía prisión por aquel delito, fue llevado hasta instituciones psiquiátricas para revisar su estado. Según la última vez que un psiquiatra lo revisó, en agosto de 2017, se le diagnosticó un trastorno neurocognitivo y que puede ser un peligro para sí mismo y para otros.
Además, el perito José Horwitz declaró en el juicio oral por el ataque a la ciclista que Pizarro disfrutaba la sensación del fuego y de la compañía de perros callejeros.
Pese a ello, Frank Pizarro volvió a la calle y vivía en el sector de las torres de San Borja. Allí habría cometido el crimen para luego trasladar el cuerpo hasta Providencia. Ahora, su condición psiquiátrica podría ser relevante a la hora de juzgarlo por el crimen.
Tal como reportó La Segunda, el defensor del presunto homicida presentó un recurso de amparo para trasladar al imputado desde Santiago Uno a una unidad psiquiátrica, con la intención de realizar exámenes que permitan establecer si es o no imputable.
No obstante, Pizarro tiene un antecedente en contra: el 2010 un informe del Servicio Médico Legal estableció que simulaba enfermedades psiquiátricas.
