“Mi felicidad son mis hijos, ellos son mis amores de verdad y nadie más”. Con estas palabras, Carolina Tapia describe en su perfil de Facebook la relación que tiene con los niños. Sin embargo, esto se contradice enormemente con el video que protagoniza.

Se trata de un repudiable registro que comenzó a circular en redes sociales la noche del pasado jueves. En las imágenes se muestra cómo la mujer golpea reiteradamente a su hija de 2 años y 9 meses.

“Mira lo que hago con tu hijita. Mira lo que hago con tu hija, porque no la quiero”, decía la mujer mientras zamarreaba, cacheteaba y le jalaba el pelo a la pequeña.

Su intención era “molestar” al padre de la niña, quien es su expareja y actualmente se encuentra privado de libertad. Al recibir el video en la cárcel, él lo viralizó para denunciarla.

Personal de Carabineros detuvo a Tapia en su domicilio, pero posteriormente fue dejada en libertada, debido a que el Ministerio Público determinó que el hecho “carecía de flagrancia”.

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Irma Sepúlveda, bisabuela de la menor agredida, reveló a BioBioChile que Tapia cometía constantes actos de violencia hacia los menores y el núcleo familiar. “Es violenta, si le pega a la mamá, de qué estamos hablando. Los problemas que tenga con mi nieto, no le dan derecho a ella para que se vengue de la niña, es una bebé”, explicó.

El análisis del perfil de la agresora

Pero, ¿por qué alguien cometería tal repudiable acción contra un menor? Guillermina Guzmán, psicóloga y académica de la Universidad Diego Portales, entregó a Página 7 un análisis psicológico de la mujer.

Según su explicación, la intención de Tapia era incomodar, provocar y molestar a su expareja, considerando que está privado de libertad y “ni siquiera tiene el momento para acercarse a ella y pedirle la tuición”, detalló.

De este modo, se dejaría en evidencia su “inmadurez y/o inestabilidad emocional”. “No busca a alguien de su misma edad y categoría, sino que agrede a alguien indefenso y que es importante para el otro, para provocar más daño”, explica la especialista.

Según se aprecia en el video, la mujer “disfrazó” la situación para que la menor no tuviera conciencia de que estaba siendo agredida. “Es tan astuta que ha naturalizado el maltrato como un juego”, precisó, detallando que la niña está aprendiendo a relacionarse así con otras personas.

“Lo más probable es que la niña también se convierta en una mujer maltratadora y manipuladora. Ese es el patrón que tiene de comportamiento”, sentenció.