Fue a eso de las 7:00 horas del pasado 16 de febrero, cuando María Guadalupe Fuentes entró al metro de la ciudad de México. Minutos más tarde, la mujer se desvaneció en los andenes de Tacubaya.

Rápidamente fue llevada por cinco policías en camilla hasta la oficina de la jefa de Estación. La mujer de 56 años permaneció cerca de tres horas en ese lugar, sin recibir atención médica.

Tras ese periodo de tiempo, cinco funcionarios de la Policía Bancaria e Industrial sacaron a María Guadalupe de la oficina a rastras y la dejaron a la intemperie. Allí estuvo por casi 26 horas sin recibir ayuda, tal y como consigna el sitio mexicano El Diario.

“La primera vez que la vi, pensé que estaba borracha. Pero al otro día que llegué y la volví a ver dije: ‘No, esta señora no está borracha, está mala, algo le pasó, se cayó, se pegó, pero algo tiene porque ya es mucho para que esté ebria y como ida’“, relató un vendedor ambulante que la vio en la calle.

Según relató el hombre, María Guadalupe permaneció tirada afuera de Tacubaya todo el sábado y hasta el mediodía del domingo. Fue recién en ese momento cuando fue atendida por personal de emergencias.

Mientras era asistida, al lugar llegó un hombre que afirmó ser su hijo. Finalmente, los análisis determinaron que la mujer había sufrido un infarto cerebral.

La situación generó conmoción en el país azteca y la oficina del fiscal de distrito local abrió una investigación por la falta de atenciones que la fallecida recibió en el sistema de transportes. Sin duda, una rápida acción le habría salvado la vida.

Los policías que sacaron a la mujer del lugar, fueron despedidos ya que nunca solicitaron la ambulancia que deberían haber llamado.