A la profesora Patricia Yáñez le dieron licencia médica tras sufrir una trombosis, y por eso debía quedarse en su casa. Sin embargo, decidió regresar anticipadamente a su trabajo. Esta decisión le salvó la vida.

Se trata de la dueña de la casa donde cayó la avioneta en Puerto Montt, y cuyo accidente dejó a seis personas fallecidas.

“Debía estar acá (en la casa), llevaba un mes y medio aquí en reposo absoluto”, señaló la docente en entrevista con 24 Horas. Yañez estaba cansada de quedarse en su hogar y decidió retomar sus funciones precisamente el día de la tragedia.

“Dije: ‘En estos días si funciona bien mi pierna, veré cómo voy’. Y por eso me fui a trabajar (…) Gracias a Dios porque eso me dio la vida”, relató la profesora.

Pero esa no fue el único milagro ocurrido en la familia, ya que cerca de las 11 de la mañana de ese martes, uno de sus hijos podía haber estado en en el inmueble. “Tenía sus clases en la universidad más tarde, pero justo se había ido donde la polola a hacer un trámite y eso lo salvó”, reveló Yáñez.

Con respecto al accidente, el dueño de la casa, Andrés Sepúlveda, consideró que fue un hecho fortuito. “Un poco de mala suerte, pero uno obviamente quisiera que los aeródromos estuvieran más retirados de las casas habitación”, reflexionó.

En este contexto, precisó que las aeronaves suelen despegar en esa dirección. “Podrían tener más cuidado y salir hacia el otro sector, en donde hay más campo y no tanta población urbana”, sentenció.